El bosque de Micomicón: una espesura de alucinaciones

Espectáculo notable y desigual, montaje estridente que esconde dos tesis certeras

El bosque de Micomicón: una espesura de alucinaciones
Donde el bosque se espesa - Teatro Español

Una obra ambiciosa, de extensa y complicada trama, teatro comprometido que lejano del entretenimiento plantea el horror brutal que genera la violencia desencadenada, la transformación de las personas en alimañas enfurecidas, la responsabilidad de los intelectuales que siembran cizaña y los peligros de hurgar en la memoria individual y colectiva cuando sólo viene al caso la reflexión desapasionada. Desigual, desmedida, despiadada, hará sufrir al espectador sensible si es que queda alguno, y el sufrimiento a lo mejor sirve de vacuna ante tanta banalidad opinadora que nos asfixia.

A Laila Ripoll y Mariano Llorente les habrá costado muchos esfuerzos escribir esta pieza y es de agradecer: no es lo mismo poner un huevo documentado que parir una castaña improvisada. Pero su enrevesado argumento da idea fidedigna de las dificultades que han encontrado y encontrará el público para seguir un argumento que lleva desde la guerra civil española del 36 a la destrucción de Yugoslavia en los 90, pasando por Mauthausen. Quiere abarcar un territorio demasiado extenso y sólo consigue a medias dar credibilidad a una historia demasiado rocambolesca poblada de yugoslavos malos y de españolas buenas

Antonia e Isabel reciben el día de la muerte de su madre una caja cerrada que la difunta había guardado durante años y cuya existencia desconocían. Esa caja contiene alguna carta, fotografías, postales, medallas, mapas, objetos, en fin, que vienen a cuestionar todo lo que Antonia creía acerca de su familia. Isabel se niega a mirar y no se hace preguntas. Antonia y su hija Ana, sin embargo, miran, preguntan, inquieren, reflexionan, dudan, se atormentan y persiguen al fantasma de un abuelo/bisabuelo en un viaje que se iniciará en Santander y acabará en Banja Luka, allá en la lejana Bosnia. Pero el itinerario de los personajes que van apareciendo en la trama visita también Lourdes, París, Toulouse, Roma, Sarajevo, Kravica, Jasenovac… Cada objeto abre una ventana, y cada ventana abre un ramillete de interrogaciones, y cada respuesta a esas preguntas abre una herida y cada herida, un desgarro y un asombro y un desasosiego y muchas causalidades. La búsqueda de la verdad cambiará todo el pasado, trasmutará identidades y revelará secretos. Sobre todo formulará preguntas que la pieza responderá de forma deficiente tras 140 minutos con intensidades y rellenos. 

Un final para mayor gloria del feminismo elemental en el que tres generaciones femeninas colocan la moraleja simplista, pero dos tesis de grandísimo valor semi esbozadas, camufladas con lugares comunes, como si se quisiera que no se notaran demasiado. Una es el cuestionamiento de la memoria personal e histórica partidista que se basa en falsedades dominantes y que cuando se cava en serio para conocer la verdad, toda la verdad, está plagada de sorpresas enterradas que destruirán creencias, mitos y leyendas. Por eso dicen los sabios que es mejor no revolver el pasado y que si se mira atrás es para ser valientes y sinceros. La otra es reconstruir de nuevo como se generan las catástrofes sociales a partir de la última europea, la de la pobre, engañada y destruida República Federal y Socialista de Yugoslavia, denunciar las responsabilidades de los que atizan el fuego de los conflictos independentistas teñidos de etnicismo e inflados de mentiras, y el proceso por el que los ciudadanos corrientes son convertidos en fanáticos extremistas y podrán llegar a ser asesinos en serie sin casi darse cuenta.

Así que hacer pensar sobre las dos grandes lacras de nuestro presente colectivo, la memoria histórica distorsionada y el espejismo separatista inoculado, no es mala cosa. Claro que la reflexión viene envuelta y revuelta en irritantes oropeles, pero puede y debe emerger si se reflexiona a posteriori.

La puesta en escena es notable sin duda. La escenografía de Arturo Martín Burgos funciona pero hubiera necesitado algún cambio cuando la acción no es en el campo de batalla. A los interiores caseros colabora sin duda la dramaturgia de mesas laterales y a todo ello la excelente iluminación de Luis Perdiguero y el cuidado vestuario de Almudena Rodríguez Huertas.

Gran protagonismo de la música y el espacio sonoro de Mariano Marín, aunque el folclore regional balcánico pese demasiado y la lírica de las canciones hispanas no sea de nuestro gusto. Gran videoescena de Álvaro Luna. En general, la ambientación es sobresaliente aunque la taberna infernal no termina de cuadrarnos y los finados vivientes se repitan un tanto. Sobra absolutamente el sainete de Ante Pavelic y Herr Adolf, así como el refocile lindando con regodeo en la crueldad de los ustachis sin referencias a la de los titistas que no se anduvo lejana. Pero en general se presenta una equilibrada visión de la degeneración de los tres bandos en esos fratricidas combates que son la mayor vergüenza del último medio siglo del viejo continente.

Se ha elegido un hilo conductor, un narrador muy musical en la charlatana que interpreta Mélida Molina de forma muy estridente sobre todo en la primera mitad de la pieza. Es muy discutible el enfoque del personaje e incluso su existencia, es una nota de zafiedad discordante. Por el contrario, brilla en toda su plenitud la adolescente comilona que interpreta Carolina Herrera, aunque el texto la obligue a florituras listorrononas. Arantxa Aranguren hace una gran Antonia pero sobra su ceguera para aumentar el drama. Sin duda es muy difícil ese Domingo/Marko, un personaje que últimamente abunda por aquí, ese falso bonachón cuya doblez y remordimientos Carlos Alfaro no consigue trasmitirnos, probablemente porque es una vuelta de tuerca pasada de rosca. Notable todo el elenco en los papeles secundarios -con certeros dobletes y tripletes-, con excesivos parrafones del historiador y acierto completo del acordeonista.

Laila Ripoll y Mariano Llorente fundaron a comienzos de los noventa la compañía teatral Micomicón que ha producido 23 espectáculos representados en 20 países, partiendo del Siglo de Oro, aunando tradición y vanguardia, entre textos clásicos y propios, de Lope a las secuelas sin aún cerrar de la historia reciente de nuestro país. Ojalá no caigan en oportunismo y cobardía y aporten al tema síntesis justas y necesarias. Con esta pieza, son eje de un interesante fregado europeo que se llama ‘Horizon 2020 Unrest (Unsettling Remembering And Social Cohesion In Transnational Europe)’, con doscientos participantes, seis universidades y cinco museos europeos, incluyendo al CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Se ha ultimado y preestrenado en junio pasado en el Teatro del Bosque de Móstoles, será traducida a otros idiomas y pronto saldrá de gira.

Con ‘Donde el bosque se espesa’ salimos del estreno de este jueves viendo la botella más bien vacía y turbia. Tras sueños agitados y despertares serenos, la vemos ahora medio llena.

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 7
Texto: 7
Dirección: 8
Puesta en escena 8
Interpretación: 8
Producción: 8
Programa de mano: 7
Documentación a los medios: 7

Teatro Español
«Donde el bosque se espesa»
de Micomicón Teatro
Laila Ripoll y Mariano Llorente
Dirección: Laila Ripoll
Del 3 al 13 de mayo de 2018

REPARTO
Mélida Molina Charlatana, Almira    
Arantxa Aranguren Antonia    
Juanjo Cucalón Zoran
Aurora Herrero Teresa, Carmen, Mujer musulmana    
Puchi Lagarde Isabel, Emiliana, Irena
Carolina Herrera Ana, Antonia (abuela)    
Antonio Sarrió Bernardo Roig, Esteban, Hombre
Carlos Alfaro Domingo, Marko    
Néstor Ballesteros Acordeonista

Escenografía Arturo Martín Burgos    
Iluminación Luis Perdiguero
Vestuario Almudena Rodríguez Huertas    
Música y espacio sonoro Mariano Marín
Videoescena Álvaro Luna    
Locución videoescena Pablo Béjar y Carolina Herrera
Diseño gráfico & fotografía Javier Naval    
Prensa y comunicación María Díaz
Producción ejecutiva Joseba García y Mariano Llorente    
Distribución Joseba García
Ayudante de dirección Héctor del Saz
GRABACIÓN CINEMATOGRÁFICA
Dirección Miguel Ángel Calvo Buttini/Salto de Eje PC
Operador/Montaje/coproducción Juan y Eusebio Poveda/Twin Freaks Studio
Dirección de Fotografía/Operador  Alfonso Segura

De martes a sábado 20h. Domingo 19h.
Duración 2 horas y 10 minutos
Sala Principal
Precio de 5 a 22€.
(Espectáculo incluido en abono de temporada)
Este espectáculo está acogido a JOBO (Joven Bono Cultural). 

 

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

Lo más leído