Auto de los (santos) inocentes

Utilización de versos antiguos para temáticas modernas

Auto de los (santos) inocentes
Auto de los inocentes - Teatro de la Comedia

La Compañía Nacional de Teatro Clásico inicia la temporada con una inocentada, presentando de forma equívoca una obra de factura actual en la que se ha introducido subrepticiamente referencias volátiles a nuestro teatro medieval y barroco para hacerla pasar por lo que no es en el histórico Teatro de la Comedia. Bonita forma de sembrar el desconcierto y el descrédito entre espectadores poco avezados. Esta pieza nno tiene nada que ver con el teatro clásico y además es muy mala.

Uno de sus autores, Pedro Víllora dice: ‘Auto de los inocentes no es una obra original, aunque tres cuartas partes del texto sean de nueva creación. Tampoco es exactamente una adaptación, pese a que incluya el Auto de los Reyes Magos, tres piezas del Romancero viejo y sendos fragmentos del Auto de La vida es sueño, de Calderón, y del Auto del Hospital de los locos, de Valdivielso. Es un encuentro de dos tiempos por medio del teatro: el presente trágico de los refugiados (exiliados, desclasados, marginados, víctimas de una violencia que no se sacia), y el carácter ejemplar, aleccionador, a veces sanador y tal vez ilusionante de las creaciones artísticas’.

Un encuentro bien desigual. Anunciada una duración de 115 minutos, durante toda la primera hora el espectador es trasladado a un campo de refugiados en España (donde no existe ninguno) y se le comunican una serie de cuitas de ellos y de los que les cuidan con una sola justificación para ser coproducido por la CNTC, el recitado burlón, chistoso y despectivo de unos versos del romancero por una pareja de frikis. Se enterará del drama de una conmovedora familia que viene de Siria, del duro trabajo del personal voluntario, de la patochada de un profe que para acercarlos a la cultura española les hace recitar castellano antiguo, pero no está asistiendo a nada que justifique su presencia en esta sede recuperada de teatro clásico.

Si es usted un sufridor, aguantará hasta el final e incluso aplaudirá tímidamente. Si se siente engañado, como de hecho lo ha sido, ejercerá su derecho a largarse con viento fresco, un derecho que por cierto parece haber perdido el aborregado público de nuestros días.

Se enfrentará entonces a una trama cogida con alfileres y una dramaturgia plana, de diálogos irreales, situaciones absurdas y personajes lacrimógenos que nada aporta a los telediarios que nos machacan día y noche con el tema. Se enfrentará a una escenografía lamentable, más de chabolismo que de campamento prefabricado, sobre la que planean nubes videográficas y estribillos intemporales, y entre la que se mueven atolondradamente personajes de cartón piedra con vestimentas ‘más-o-menos’ y una creciente sensación de chapuza generalizada.

El director José Carlos Plaza fracasa sonoramente tanto en el planteamiento artístico general como en la elección y dirección del elenco, que salva algunos personajes -Juan, Julia- pero hunde otros en los avernos de la mala dicción, la gesticulación tópica y la falta de sintonía. Como no pudimos aguantar a que por fin aparecieran herodes, los reyes magos y las fuerzas de la naturaleza, nos quedamos sin ver sus segundos papeles, que quizás fueron mejores.

En todo caso, nos dolió mucho la inocentada y consideramos un grave error de la CNTC bajar a estos niveles. Cierto que se va vislumbrando una consigna general entre los mandamases culturales a favor del viejo teatro militante y de supuesta denuncia de etéreas causas con lo que se justifica todo lo demás, la mala factura en fondo y forma. Pero incluso a la demagogia escorada, cuando sube al escenario hay que exigirla un mínimo de calidad, que este espectáculo por las razones que sean, todas justificadas sin duda -compromisos, agendas, consignas-, no nos parece que cumpla.

Del Auto de los Reyes Magos se conservan 147 versos polimétricos que constituyen un texto incompleto; cuenta con una fabulosa versión en 2008 de Ana Zampora y su equipo (ver nuestra reseña de entonces); se trata del primer vestigio teatral de la literatura española, escrita en romance castellano con giros mozárabes, visigodos y gascones, como corresponde a un idioma en formación. 147 versos que sirven de disculpa esta vez para una bienintencionada pero malresuelta parodia.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 5
Dramaturgia, 4
Dirección, 5
Puesta en escena, 5
Interpretación, 5
Producción, 5
Documentación para los medios, 5
Programa de mano, 6

Teatro de la Comedia
Auto de los inocentes
Incluye Auto de los Reyes Magos y textos de varios autores barrocos
Coproducción: CNTC/ Faraute
Del 21 sep al 21 oct.

REPARTO
Fernando Sansegundo: Khalid/Género humano/Baltasar
Israel Frías: Juan/Luzbel/Herodes
Pepa Gracia: Julia/Culpa/Poder/Melchor
Montse  Peidro: Iris/Gula/Amor/María
Sonia Gómez Silva: Aida/Carne/Sabiduría/Rabí 1
Jorge Torres    : Pablo/Mundo/Gaspar
Sergio Ramos: Hami/Género humano/Tierra
María Heredia: Laila/Envidia/Agua
Javier Bermejo: Nordin/Género humano/Fuego
Amanda Ríos: Hamia/Alma/Aire
Álvaro Pérez: Omar
Eduardo Aguirre de Cárcer: Yusef / Músico1
Pablo Rodríguez: Refugiado/ Músico2

Equipo Artístico:
Audiovisuales: Antonio Mateo, Viridiana Galindo (Pulse creativa)
Creación musical  Eduardo Aguirre de Cárcer
Vestuario  Pedro Moreno
Escenografía e iluminación  Paco Leal
Dramaturgia  Pedro Víllora y José Carlos Plaza
Dirección José Carlos Plaza
Coproducción CNTC/Faraute

Horario de funciones:
Martes y domingos a las 19 h.
De miércoles a sábado 20 h.
Lunes: descanso
Precios: De 10 a 25 €. 

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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