Un lugar de buena memoria

El Museo del Prado repasa su historia abriendo una semana festiva

Un lugar de buena memoria
Museo del Prado 1819-2019. Un lugar de memoria - Museo del Prado

El lunes 19 de noviembre el Museo del Prado celebra su 199º cumpleaños y con ello abre un año de celebraciones. La primera es la exposición “Museo del Prado 1819-2019. Un lugar de memoria”, un repaso a su historia siempre ligada a los avatares de un país que tiene en él una embajada universal. Un paseo didáctico, entretenido y original que va a estar desplegado cuatro meses y nadie debiera perderse.

Desde que se abrió con fondos procedentes de las colecciones reales, el Prado se ha convertido en uno de los principales depositarios de la memoria pictórica occidental, en punto de referencia fundamental de la cultura española y en un objeto de orgullo colectivo. Su evolución siempre ha estado ligada y siempre ha dependido de los muchos avatares por los que España ha pasado en los dos últimos siglos y eso quiere reflejar esta muestra de 168 obras originales, 34 procedentes de distintas instituciones nacionales e internacionales, junto a una importante presencia de material auxiliar como cartelas, mapas, gráficos, reproducciones fotográficas e instalaciones audiovisuales.

La publicación que acompaña a la muestra tiene dos partes diferenciadas.  Un completo y sugestivo ensayo firmado por el comisario, Javier Portús, aborda los mismos temas que aparecen en la exposición y en un orden similar, utilizando como material de base para ilustrarlo las piezas que se exponen. A continuación se suceden cuatro estudios que examinan cuestiones más precisas: Pierre Géal revisa los antecedentes del museo, María de los Santos García Felguera estudia la política de adquisiciones, Pedro J. Martínez Plaza se detiene en las donaciones y legados, y María Dolores Jiménez-Blanco analiza las relaciones entre el Prado y la política española en estos doscientos años.

El recorrido cronológico se articula en siete etapas con un intermedio, a través de las que se muestra cómo la institución ha ido desarrollando una personalidad propia, reflejo del devenir histórico del país. Junto a ‘La condesa de Chinchón’ de Goya, un ejemplar de la ley de Patrimonio de 1985; junto a la ‘Inmaculada’ azul de Murillo una vista del salón del Louvre donde se exponía a finlaes del XIX junto a otras obras maestras; la ‘Maja Desnuda’ al lado del ‘Desnudo recostado’ que Picasso pintó en 1964 y que viene de Jerusalén; el ‘Cristo muerto sostenido por un ángel’ de Antonello da Messina hermanado a ‘Madre con niño muerto (II), con una posdata picassiana de su Gernica. El Greco, Zurbarán y Velázquez acompañados de Manet, Sargent, Rosales, Saura, Equipo Crónica y Pollock.
 
I.- 1819-1833 El Museo Real

La decisión de Fernando VII de reunir lo mejor de las colecciones reales en el nuevo museo construido en el Paseo del Prado se pone en relación con un doble contexto. Por un lado, la política patrimonial de la Ilustración, cuando se dieron los primeros pasos tendentes al establecimiento de un inventario de la riqueza patrimonial del país, a la reivindicación de los artistas españoles, y a la búsqueda de fórmulas para facilitar el acceso a las colecciones reales. Por otro, es reflejo del interés que en el mundo occidental se dio por la creación de museos, que tuvo como hito fundamental el Louvre, al que siguieron, en la misma época en que se abrió el Prado, instituciones que llegaron a tener tanta importancia como la Pinacoteca de Berlín o la National Gallery de Londres.

Hasta entonces la pintura española apenas era conocida fuera del país, y con el nuevo museo se aspiraba a que alcanzara un lugar importante en relación con otras escuelas nacionales. De hecho, cuando se abrió el museo, solo se expusieron cuadros de artistas españoles; y las primeras adquisiciones que se hicieron fueron de obras de pintores nacionales hasta entonces mal representados en las colecciones reales.
 
II.- 1833-1868 El Museo de la Trinidad. El descubrimiento europeo del arte español

Uno de los fenómenos que mejor caracterizan el devenir de la pintura antigua española durante el siglo XIX fue la dispersión. Las crisis bélicas, como la Guerra de la Independencia; la adopción de medidas liberalizadoras como la Desamortización de 1835; o las dificultades generales de la economía, se tradujeron en el cambio de manos y la diseminación masiva de cuadros y otros bienes históricos, cuando no de su destrucción.
 
Una parte muy importante salió del país, y acabó en colecciones particulares y museos; y una proporción notable de lo que permaneció en España se fue integrando en diferentes museos locales que se crearon precisamente para custodiar este patrimonio. Desde entonces, el museo público se ha convertido en España en uno de los instrumentos más efectivos para la protección patrimonial.
 
Entre esas instituciones, cabe destacar el llamado Museo Nacional de la Trinidad, abierto en Madrid en 1838 con fondos procedentes de la desamortización en la capital y provincias limítrofes. Actuó como museo independiente hasta que en 1872 se fusionó con el Prado, al que aportó más de mil obras de desigual calidad. Entre ellas abundaban las de artistas apenas representados en las colecciones del Prado, lo que contribuyó a llenar de manera importante las lagunas del museo y a consolidar su condición de punto de referencia de nuestra historia pictórica. De la Trinidad procede, por ejemplo, el grueso de la colección de obras de Pedro Berruguete, Vicente Carducho o Juan Bautista Maíno. También con ese museo se vincula el origen de la gran colección de El Greco, uno de los varios artistas que actualmente se asocian íntimamente al Prado, pero cuya colección ha ido creciendo gradualmente, desde unos comienzos modestos.
 
Además de una importante dispersión de pinturas procedentes de conventos, en esa época se produjo la disolución de algunas de las grandes colecciones aristocráticas que se habían formado durante el Siglo de Oro. Muchos de esos cuadros acabaron en el Museo del Prado, como los procedentes de la venta de la colección Osuna a finales de Siglo, o los legados por los duques de Pastrana en esa misma época.

La mayor parte, sin embargo, traspasaron nuestras fronteras, y junto con las obras apropiadas durante la Guerra de la Independencia, o muchas de las que salieron con ocasión de la Desamortización, nutrieron a una elevada cantidad de colecciones particulares.  Paradójicamente, esta dispersión patrimonial actuó activamente en favor de uno de los efectos buscados cuando se creó el Museo: dar visibilidad a los artistas españoles, y promover su estudio y aprecio. Las galerías públicas europeas empezaron a contar con «salas españolas», como se verá en la exposición. Todo ello se acompañó de una producción historiográfica y literaria cada vez más interesada por la pintura española.
 
III.- 1868-1898. La nacionalización del Prado. Una meca para los pintores.

La historia del Prado ha estado siempre intensamente ligada a los vaivenes políticos del país. Un ejemplo lo constituye la revolución liberal de 1868, que condujo a la nacionalización de la institución, hasta entonces de titularidad real. Asociado a este hecho, se produjo la ya comentada incorporación de la Trinidad en 1872.
 
El paso de un «museo real» a un «museo nacional» se visualizará en esta exposición a través de la política de depósitos que se inició entonces. Cientos de obras propiedad del museo pasaron a ser custodiados en numerosas instituciones oficiales, entre ellas otros museos. Con ello el Prado asentó definitivamente su condición de punto de referencia en el contexto de las instituciones culturales españolas.
 
Hasta 1898 el Prado, lejos de ser exclusivamente un museo de «pintura antigua», fue un museo moderno, que en sus salas exponía pintura contemporánea. De hecho, fue uno de los principales receptores de las obras que el Estado adquiría en las Exposiciones Nacionales, que empezaron a celebrarse en 1856 y condicionaron la práctica artística en España durante más de medio siglo.
 
Relacionado con esa condición «viva» del museo, está el hecho de que durante gran parte del siglo XIX fue punto de referencia y fuente de inspiración para numerosos artistas. Especialmente Velázquez fue un artista «moderno», que influyó de manera importante en el desarrollo de la carrera de pintores como Manet, Sargent, Chase, Rosales, Sorolla, Picasso, etc.
 
IV.- 1898-1931. Una Edad de Plata. Progresos científicos. La creación del Patronato En 1898 se inauguró el Museo de Arte Moderno, al que pasaron las obras de artistas vivos que poseía el Prado. Con eso, este museo se dedicó  casi definitivamente al arte antiguo.  En consonancia con esa «especialización» histórica del Prado, la institución en los años y décadas siguientes dio pasos muy importantes para ponerse al día desde un punto de vista científico; para aplicar métodos y criterios de la historia del arte en la organización y difusión de sus colecciones; y para dotarse de instrumentos de gobierno más modernos y ágiles.
 
Una de las primeras iniciativas en ese sentido tuvo lugar en 1899, cuando se celebró el tercer centenario del nacimiento de Velázquez, y se dedicó al pintor la sala más importante del museo. Su organización respondió a criterios de selección y disposición de los cuadros muy avanzados en el contexto europeo. A esa iniciativa siguieron varias en el mismo sentido, como la organización de exposiciones monográficas sobre El Greco y Zurbarán, o la creación de salas también monográficas dedicadas a Murillo, Ribera o Goya. Otro paso importante para la modernización y profesionalización del museo fue la creación, en 1912, del Real Patronato, encargado de regir los destinos de la institución, y del que formaban parte políticos, coleccionistas e historiadores del arte. 
 
V.- Donaciones y legados

El recorrido cronológico se interrumpe para hacer un alto en este importante capítulo. Junto con las colecciones reales, el Museo de la Trinidad y las compras por el Estado, la cuarta pata en la que se  sostiene la colección actual del Prado es la formada por las colecciones y legados que lo han tenido como destinatario, especialmente desde mediados del siglo XIX. El número de personajes y obras involucrados es muy alto, y para esta exposición se ha llevado a cabo una selección que incluye algunos de los más significativos, y que trata de mostrar lo que ha significado este aporte para la experiencia actual del museo. Así, la reunión de varios obras muy importantes de Goya mostrará hasta qué punto su colección actual se ha beneficiado de la generosidad de algunos coleccionistas; y lo mismo se podrá comprobar respecto de la pintura flamenca e italiana de principios de la Edad Moderna; a la pintura española del siglo XIX; o a la colección de escultura. Un apartado estará dedicado a algunos episodios de donaciones colectivas.
 
VI.- 1931-1939.- En el camino. República y Guerra Civil

Las inusuales circunstancias históricas por las que atravesó el país en la década de 1930 tuvieron un reflejo directo en la vida del Museo del Prado. En 1933 se promulgó una pionera  ley de patrimonio que sentó las bases de la actualmente vigente. Para llamar la atención sobre la importancia de ese hecho para el avance en el arraigo del concepto de «patrimonio colectivo», en la exposición habrá un espacio dedicado a una de las iniciativas más importantes y singulares que se han hecho para difundir el conocimiento de las obras del Museo: El llamado «Museo circulante», que formaba parte de las Misiones Pedagógicas, y acercó el Prado a numerosos, y en ocasiones recónditos, lugares del país, a través de copias de algunas de sus obras señeras. En los años siguientes, ya no fueron copias, sino originales los que viajaron. La Guerra Civil hizo que se tomara la decisión de evacuar los cuadros más importantes del museo, que iniciaron un periplo que los llevó a Valencia, y que para muchas culminó en Ginebra, donde se celebró una exposición con las mismas en 1939. Ha sido uno de los episodios más dramáticos de la vida del Prado, y de los que mejor muestran hasta qué punto los destinos de la nación y los de su principal museo han ido con mucha frecuencia de la mano.
 
VII.- 1939-1975.- El franquismo

En las décadas centrales del siglo XX, el Museo del Prado consolida su condición de «lugar» importante para la cultura occidental. La nómina de creadores atraídos por el museo y sus obras es muy elevada y variada, e incluye a nombres como Pollock,  Motherwell, Zoran Music, el Equipo Crónica, Antonio Saura y un largo etcétera. Algunos de ellos se sintieron especialmente atraídos por Las meninas, una obra cuya complejidad narrativa y estructural la hace muy atractiva al pensamiento contemporáneo, muy interesado en la metaficción, tanto literaria como artística. Entre los muchos que se sintieron atraídos por el cuadro figuran artistas como Hamilton, Oteiza, o Arikha, pensadores como Foucault, o dramaturgos como Buero Vallejo. También Picasso, cuya famosa serie de 1957 está basada en el recuerdo personal que tenía de la obra. Era un recuerdo vinculado a su instalación en la llamada «Sala de Las meninas», por lo que en esta parte de la exposición habrá un espacio dedicado a ese lugar tan singular dentro de la topografía del museo.
 
VIII.- 1975-2019.- Una historia compartida

Las últimas décadas son un periodo singularizado y con fuerte personalidad. En este tiempo ha habido un debate (solo recientemente cerrado) sobre la composición de sus colecciones, de manera que en 1971 volvieron al Prado los fondos con los que en 1894 se había fundado el Museo de Arte Moderno; y desde entonces han existido varios intentos de definir el dominio cronológico de la institución. Eso ha afectado a obras como las que integraron los legado Cooper y Miró, o al propio Guernica. En 1985 se produjo un hecho muy importante para nuestra historia patrimonial: la aprobación de la actual Ley de Patrimonio. Junto con los museos, ha sido la legislación el instrumento más importante para la salvaguarda de nuestro patrimonio colectivo. La época que abarca el último capítulo se caracteriza en el contexto museográfico nacional e internacional por una decisiva apertura hacia el público, por la multiplicación de los instrumentos de diálogo con la sociedad, y por la extensión de los museos mucho más allá de sus realidades físicas.

En definitiva, un paseo ameno e instructivo por la historia del más importante edificio español laico más importante, contenedor del que sea quizás nuestro mayor tesoro. Como es de todos, dense un paseo los dueños para conocer sus celestiales propiedades. Y aprovechen las celebraciones que se preparan:
 
El próximo lunes, 19 de noviembre, los Reyes de España inaugurarán la gran exposición conmemorativa. Tras la visita, el recubrimiento de la fachada norte (puerta de Goya), como última fase del proyecto “Vestir el Prado”, que cuenta con la colaboración de El Corte Inglés, se descubrirá al público durante un simbólico acto de presentación en el que participarán los trabajadores del Museo.

Los días 19, 23, 24 y 25 de noviembre se celebrarán Jornadas de Puertas Abiertas en horario de 10.00 a 20.00 h., viernes y sábado, y de 10.00 a 19.00 h. el domingo. Para acceder será necesario retirar la entrada gratuita en las taquillas situadas en la explanada de la puerta de Goya. Coincidiendo con la celebración de la primera de estas jornadas, en la sala de las Musas todos los visitantes que lo deseen podrán “pinchar” su propia banda sonora del Prado, una iniciativa que llega de la mano de Radio 3 para rendir un nuevo homenaje a esta institución bicentenaria.
 
La noche del sábado, 24 de noviembre, será una de las más especiales e inéditas en los 200 años de historia del Museo del Prado ya que se realizarán tres pases de una acción de teatro aéreo de La Fura dels Baus y una proyección de videomapping con la voz de Juan Echanove realizada por Onionlab sobre la fachada de Velázquez. Estas acciones, bajo la dirección artística de Delia Piccirilli que ha dirigido, entre otros, los programas del IV Centenario de la Plaza Mayor de Madrid, Luna de Octubre y el programa Pasearte dentro del Año Greco, llevarán a la calle el espectáculo de la   historia del Prado abierta a todos los ciudadanos. Una historia que entrará de lleno en el siglo XXI cuando los asistentes a esta actividad se descarguen la app Kalliope para disfrutar de una experiencia inmersiva.

El proyecto “De gira por España” prestará 12 obras seleccionadas de autores como Tiziano, el Greco, Velázquez, Murillo, Zurbarán, Goya y Sorolla, entre otros, a distintas instituciones, una por comunidad autónoma excepto Madrid, además de las correspondientes a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (18 en total). Los directores de las instituciones que acogerán estas obras en sus sedes durante un período aproximado de un mes estarán presentes el día 20 en el Museo del Prado para compartir este gran proyecto.

Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 8
Despliegue: 8
Comisariado: 8
Catálogo: 8
Folleto de mano: 9
Documentación a los medios: 9

 
Museo Nacional del Prado
“Museo del Prado 1819-2019. Un lugar de memoria”
19 de noviembre de 2018 – 10 de marzo de 2019
Comisario: Javier Portús, Jefe de Conservación de Pintura Española (hasta 1700).
Libro conmemorativo: 304 páginas  210 x 263 mm  Rústica, castellano  PVP: 20 euros.


Actividades complementarias

CLAVES El Museo ofrece charlas didácticas sobre la exposición para facilitar al público la visita autónoma a la misma, proporcionándole las claves esenciales para apreciar y comprender mejor las obras que forman parte de la muestra.
Diciembre 2018 Lunes a las 11.00 y 17.00 h 
Enero, febrero y marzo 2019 (hasta la finalización de la exposición) Jueves a las 11.00 y 17.00 h
Auditorio. Acceso libre para los visitantes del Museo.
 
CONCIERTO DE INAUGURACIÓN DEL BICENTENARIO DEL MUSEO DEL PRADO Circa 1819. Música en torno a la fundación del Museo del Prado La orquesta La Tempestad propone el estreno de un conjunto de obras relacionadas con la época, el contexto y los protagonistas de la fundación del Museo del Prado. Destaca el estreno en tiempos modernos de una de las cuatro sinfonías compuestas por la infanta María Luisa de Borbón, un caso excepcional de mujer compositora que hasta ahora había pasado inadvertido. 
 
También es importante la recuperación del primer concierto español para violonchelo, compuesto por el director de la real Cámara de Fernando VII, y de algunas arias compuestas para la reina María Isabel de Braganza por su maestro de música Marcos Portugal. Completan el programa una sinfonía de Mozart y un aria de Rossini, compositores de éxito europeo de finales del siglo XVIII y principios del XIX que tuvieron una temprana recepción en la corte española. Concierto organizado con la colaboración de ICCMU

16 de noviembre a las 19.00 h. Auditorio. Precio: 12 euros Venta de entradas on-line del 29 de octubre al 11 de noviembre. Venta de entradas en las taquillas del Museo a partir del 12 de noviembre. Las entradas con reducción en el precio se podrán adquirir en las taquillas del Museo el mismo día del concierto.
 
CONFERENCIAS Con motivo de la exposición el Área de Educación incluirá en su ciclo habitual varias conferencias relacionadas con la muestra.  Se van a programar más conferencias pero sólo estas están confirmadas
 
17 de noviembre a las 18.30 h Circa 1819. Música en torno a la fundación del Museo Nacional del Prado Judith Ortega y Ana Lombardía. Instituto Complutense de Ciencias Musicales
 
21 de noviembre a las 18.30 h La exposición Museo del Prado 1819-2019. Un lugar para la memoria Javier Portús. Museo del Prado
 
12 de diciembre a las 18.30 h Éxodo y exilio del Museo del Prado  Arturo Colorado. Universidad Complutense de Madrid
 
Auditorio. Para asistir a las conferencias es necesario adquirir una entrada en las taquillas 1 y 2, desde 30 minutos antes del comienzo de la actividad. 
 
CONGRESO El Museo del Prado en 1819 y la política borbónica de instituciones culturales Este congreso internacional se organiza con motivo de la celebración del segundo centenario de la inauguración del Museo del Prado. El objetivo es poner de manifiesto y contextualizar la política borbónica de creación de instituciones culturales y científicas, en la que el Museo se enmarca, con vistas a hacer de la Corte una verdadera capital, primero del imperio español y después del Estado liberal.  En este marco se pretende destacar el valor histórico e institucional del Museo dentro de esa política de creación de aquellas instituciones que, como también sucedía en otros lugares de Europa, daban nueva imagen y prestigio a la Monarquía, y entendían el pasado y sus manifestaciones como un patrimonio que había que conservar.
14 y 15 de enero. Auditorio Inscripción del 26 de noviembre al 10 de enero en www.museodelprado.es
 
Más información en www.museodelprado.es
 
Audioguías La audioguía de la exposición “Museo del Prado 1819 – 2019. Un lugar de memoria” está disponible en 5 idiomas (castellano, inglés, francés, italiano y coreano). Incluye un audio introductorio y un total de 21 comentarios sobre obras y otros aspectos de la muestra. 
El precio de alquiler es  3,50 € (6,00 € audioguía combinada: exposición + colección permanente)
 
Régimen de acceso  La compra de entradas con pase horario para la exposición puede efectuarse anticipadamente por internet (www.museodelprado.es) o en las taquillas del Museo  al precio de 15 euros (reducida o gratuita, conforme a las condiciones habituales ya establecidas). La entrada permite la visita a la colección permanente, la exposición “Museo del Prado 1819-2019. Un lugar de memoria” y a las exposiciones temporales coincidentes con su calendario de apertura.
 
De lunes a sábado de 18.00 a 20.00 horas, y domingos y festivos de 17.00 a 19.00 horas, todos los visitantes que quieran acceder a la exposición podrán beneficiarse de una reducción en el precio de la entrada individual que les corresponda, así los visitantes con tarifa general adquirirán una entrada reducida por importe de 7,50 euros y los colectivos con derecho a entrada reducida podrán adquirir la entrada con una reducción del 50%, es decir, a un precio de 3,75 euros
 
El horario de visita a la exposición será de lunes a sábado, de 10.00 a 20.00h., y domingos o festivos, de 10.00 a 19.00h.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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