El idiota y las personas altamente sensibles

Subida lograda a las tablas de la célebre novela de Dostoievski

El idiota y las personas altamente sensibles
El idiota - Teatro María Guerrero

Una versión memorable dirigida a la perfección, en una puesta en escena excelente y con una gran interpretación. Llevamos muy buena racha en la cartelera madrileña y esta excelente pieza lo confirma plenamente. Se agotan los calificativos elogiosos cuando toca comentar un montaje que incluimos entre lo mejor desde muchas temporadas atrás. Acierto pleno del Centro Dramático Nacional.

Cuando los responsables de una propuesta despliegan tino y acierto, nada mejor que cederles gustosamente la palabra: ‘El idiota es una novela inmensa, con decenas de personajes, tramas y subtramas que son casi pequeñas novelas dentro de la novela. Es un texto tan rico que permite que un creador seleccione lo que le conmueve, lo que le inspira, y lo adapte a su forma de contarlo. Myshkin es ingenuo y cándido, un cordero en un mundo lleno de lobos y cuando los lobos le atacan él siempre está dispuesto a poner la otra mejilla. Su determinación, su necesidad de hacer el bien a cuantos le rodean, nace de una profunda bondad que podemos considerar casi divina. Ha sido un proceso largo y complejo, pero he de decir que mucho menos dificultoso de lo que fue Los hermanos Karamázov. No es que la novela sea menos compleja o extensa, pero supongo que la inmersión en el universo Dostoievski que supuso el trabajo de Karamázov me ha proporcionado ciertas herramientas, cierta conexión inconsciente con su universo creativo. La clave ha sido la misma que en aquella ocasión: desprendernos de todo lo accesorio a la historia que queremos contar, redibujar personajes para que asuman claves y rasgos de otros muchos que no pueden estar y simplificar espacios y tiempos para poder ponerlo encima de un escenario. En resumen, destilar una novela de 900 páginas para convertirla en una obra de teatro de dos horas’, explica José Luis Collado, cuya versión no pierde ninguno de los valores del original y gana en concreción y accesibilidad.

‘Tenía muy claro que iba a ser una función de época, pero la época manejada desde mi criterio, explica Gerardo Vera, me permite hacer una cosa muy contemporánea. Se trata de una estructura narrativa no convencional, es un texto que Dostoievski escribió con muchas dudas. Él, en sus memorias, cuenta que tardó mucho tiempo en saber cómo era el desarrollo de la novela y cómo debía ser el final de los personajes. Decía, por ejemplo, que no sabía si Nastasia debía morir, suicidarse o ser asesinada. Si hacer del príncipe un idiota completo o no, definir qué siente por las mujeres, a las que no conoce debido a su enfermedad, definir si sus sentimientos hacia ellas son de generosidad, amistad o un acto de amor profundo. Todas estas dudas las tengo reflejadas en el texto, están rezumando sobre él. A la hora de ponerlo en escena me he basado mucho en una frase que dice el príncipe Myshkin, que exactamente es así: «Estoy fuera del mundo, desterrado del mundo, si fuera posible desaparecer de aquí en un instante y empezar una nueva vida, desearía que todos me olvidaran. Qué maravilla si no os hubiera conocido, si todo esto no hubiera sido como un mal sueño». Este mal sueño es lo que tiene el personaje en la cabeza, pasa de extremos de lucidez a un pozo de dolor. Manejamos un torbellino emocional grande’.
 
Así lo han enfocado y el resultado ha sido sobresaliente. Tan sobresaliente como lo fue Los hermanos Karamázov en 2015 (ver reseña). Por nuestra parte vemos a este protagonista literario como encarnación de una minoría de seres humanos que no sería identificada hasta un siglo después: Personas Altamente Sensibles (PAS). Humanos que parecen normales pero no lo son, cuya enorme sensibilidad les coloca a menudo en posición de inferioridad, con grandes dotes intuitivos y artísticos, pero víctimas de conflictos interiores pronunciados, de la incomprensión general y de la falta de adaptación a la sociedad, donde reina precisamente lo contrario a su manera de ser, la hipocresía, la falta de compasión y empatía, la ausencia de generosidad y el predominio de la codicia y la envidia. Quizás ni Dostoievski fue consciente de ello, pero Myshkin es un P.A.S. y por ello incluso sufre de epilepsia cuando su visión choca frontal y desesperadamente con el mundo que le rodea.

Gerardo Vera ha concebido y conseguido una de las escenografías más refinada, decantada y equilibrada que recordamos, y en ella todo el equipo habitual brilla como en sus mejores momentos. Un montaje que podría gozarse sin palabras, y con eso lo decimos todo recordando sus mínimos detalles el jarrón a la izquierda, la mesita del escribano a la derecha, la hermosísima lámpara que se descuelga, las luces y las sombras, las imágenes pesadillescas, las precisas ilustraciones musicales y el movimiento armónico de los personajes en sus entradas y salidas, y sobre todo en sus estancias observando lo que ocurre.

La dirección actoral consigue un reparto equilibrado en el que Fernando Gil acierta totalmente con un protagonista que se prestaba a los excesos, y Jorge Kent adquiere dimensión de coprotagonista en una interpretación de premio de actor secundario. Difíciles papeles los de Vicky Luengo y Marta Poveda,  en respectivamente Ivánovna, la acomodada jovencita melindrosa y Nastasia, la marginal entretenida. a las que el desequilibrado príncipe igualará involuntariamente en la desgracia. Ni un reparo al resto del elenco en personajes secundarios llenos de vida y acierto, empezando por ese enternecedor Afanasi de Abel Vitón y terminando en la Generala Yolanda Ulloa. Seis semanas de funciones para una propuesta excepcional. Gerardo Vera demuestra como Ernesto Caballero y Eduardo Vasco están demostrando también estos días en la escena madrileña, que la vieja guardia tiene aún la palabra y que el recambio generacional de los Mayorga, Sanzol, Conejero y compañía aún puede aprender mucho de ellos.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 9
Texto, 9
Versión, 9
Dirección, 9
Escenografía, 9
Interpretación, 9
Producción, 9
Programa de mano, 9
Documentación para los medios, 9

EL IDIOTA
De Fiódor Dostoievski
Versión José Luis Collado
Dirección Gerardo Vera
Del 20 de febrero a 7 de abril de 2019

Reparto (por orden alfabético) 
Gavrila Ardaliónovich  – Alejandro Chaparro
Príncipe Myshkin  –  Fernando Gil 
General Yepanchín  –  Ricardo Joven 
Parfión Rogozhin  –  Jorge Kent Aglaya
Ivánovna  –  Vicky Luengo
Nastasia Filípovna  –  Marta Poveda 
Kolia  –    Fernando Sainz de la Maza
Generala Yepanchina –  Yolanda Ulloa 
Afanasi Ivánovich  –  Abel Vitón 
 
Escenografía   –  Gerardo Vera
Iluminación  –   Juan Gómez-Cornejo
Vestuario  –   Alejandro Andújar 
Videoescena   –  Álvaro Luna
Espacio sonoro  –  Alberto Granados
Movimiento  –   Ana Catalina Román
Ayudante de dirección  – José Luis Collado
Producción Centro Dramático Nacional 
Duración: 2 horas ap.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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