Complicada vuelta la de Nora

Entre heroina victimista y egoista sin entrañas, con una Aitana Sánchez-Gijón algo escorada

Complicada vuelta la de Nora
La vuelta de Nora - Teatro Bellas Artes

Una secuela del clásico ‘Casa de Muñecas’ de Henrik Ibsen (1828-1906) estrenada hace dos temporadas en Broadway e importada rápidamente, que lleva toda la temporada rodando por escenarios de todo el país antes de llegar a Madrid. Reflexiones sobre el matrimonio un tanto desubicadas de época aunque bien llevada a escena con el atractivo de la fama de la protagonista elegida

Comienza en la misma puerta que Nora cerró de un portazo 15 años atrás justo antes de que cayera el telón. Después de abandonar su casa, a su marido, sus hijos y su niñera, la protagonista se ha convertido en una exitosa escritora feminista. La razón de su vuelta es formalizar los papeles de divorcio, para lo que necesita la firma de su ex marido, Torvald. Durante el transcurso de la obra, Nora será cuestionada sobre sus actos y el tiempo que ha estado desaparecida (llegando incluso a darla por muerta), así como recriminada por las consecuencias de su huida, expresadas desde cada uno de los puntos de vista de los personajes.

El remake es obra del norteamericano Lucas Hnath, con siete u ocho obras a la espalda desconocidas por aquí, fue bien acogida por crítica y público, y por ejemplo se está representando también en estos días en Buenos Aires. Fácil de adaptar y representar, con solo cuatro personajes en un salón, construida para una protagonista de postín. Eso es de lo que se ha preocupado fundamentalmente Andrés Lima, que opta por no seguir el historicismo escénico con que estrenó y situarla ahora en tiempo de nadie, un tiempo indefinido que tendría que ser la segunda década del siglo pasado, y que tratando de lo que trata es imprescindible situar claramente para contextualizar lo que se dice.

Al no hacerlo, la pieza resulta un tanto confusa y sus disquisiciones, anticuadas. El texto nos enfrenta a los diferentes puntos de vista de los cuatro personajes, un drama psicológico muy pirandelliano, ya mil veces repetido en los escenarios, que no termina de ser reflejado claramente y queda en complicadas idas y venidas argumentales. Hnath nos lleva de un planteamiento a otro descubriendo las diversas facetas del problema, ninguna más verídica que la otra, para quedarse finalmente -como era de prever y como resulta más comercial- con la versión de la protagonista, en un final bastante fallido, un discursito reivindicativo que no hemos tenido forma de comprobar si es matute autóctono o procede del original.

La puesta en escena aparece mucho más convencional que en la foto, más limitada a un salón en forma de poliedro que se estrecha al fondo, con una chimenea brilla un fuego de imitación, sobre la que se percibe el cerco de un cuadro que ya no está y estuvo mucho tiempo. Tiene un problema de accesos, hasta el punto que el marido abandonado debe irrumpir por un ventanal en la sala, la antigua doncella por un panel abatible y la hija desde el techo. Tres sillas donde van encontrando acomodo; eso es todo. Hay silencios destacables y paréntesis musicales bien punteados. Una tragicomedia urbana fácil y resultona, sin riesgo alguno.

Y un reparto acertado en el que nuestra preferencia comienzan por ese Torvald tan logrado de Roberto Enríquez, continúan por la madura jovencita Emmy que Elena Rivera coloca a la altura de esos papeles que descubren nuevas promesas (a pesar del extraño comienzo subida al techo y cambiándose de ropa), no desdeñan en absoluto la discreta intervención de María Isabel Díaz Lago en esa chacha de la familia que no explica por qué fue necesario que abandonara a su vez a su propia hija, y termina con la Nora de Aitana Sánchez-Gijón, que es la buena pero parece la mala, que es egoísta e interesada, carente de sentimientos y empatía, y sin embargo tiene que representar una gran causa, la del feminismo, que con el tiempo transcurrido ha coleccionado tantos fallos y desilusiones como todos los ismos. Un personaje difícilmente dual que esta experimentada actriz no consigue dominar.

Este retorno de Nora es confuso porque la pieza se queda en el limbo de lo políticamente correcto que es en el que parecen sentirse cómodos autor (acaba de estrenar ‘Hillary and Clinton’ y la revista The New Yorker le dedica un pedazo de reportaje), director y protagonista. Y el que siempre ha llenado los teatros y ha hecho rentables las taquillas.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 6
Versión, 7
Dirección, 7
Puesta en escena, 7
Interpretación, 8
Producción, 7
Programa de mano, 6
Documentación a los medios, 0

Teatro Bellas Artes
La vuelta de Nora
Autor: Lucas Hnath
Director: Andrés Lima
Del 25 de abril al 23 de junio

Reparto
Nora: Aitana Sánchez-Gijón
Torvald: Roberto Enríquez
Anne Marie: Maria Isabel Díaz Lago
Emmy: Elena Rivera

Trasgo Producciones
Productor ejecutivo: Nicolás Belmonte
Duración: 95 minutos.
Miércoles a viernes a las 20:30 h. Sábados a las 19:00 h. y 21:30 h. y domingos a las 19:00 h.
Precios
Patio de butacas y delantera anfiteatro: 28€. Resto anfiteatro: 24€.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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