Más allá de los documentos y las declaraciones que obran en el sumario y cuyo levantamiento y filtración paulatina va destejiendo la espesa tela de araña del caso del ‘pequeño Nicolás’, parece que el descaro del joven continúa en aumento y ya se acerca peligrosamente a la fina línea que separa el arrojo de la temeridad.
O tal vez ya la haya superado hace tiempo. Y es que el pasado miércoles, a eso de las diez y media de la noche, los policías presentes en la sede en la que se encuentra la Unidad de Asuntos Internos no daban crédito a lo que estaban presenciando.
Según ha podido conocer Información Sensible, Francisco Nicolás Gómez se presentó en el departamento policial que se encargó de su detención para tratar de mantener un encuentro con el inspector instructor de la investigación de su caso.
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