La Hora de la Verdad

Miguel Ángel Malavia

Bienvenidos a la puta realidad

Azharuddin y Rubina, de 10 y 9 años respectivamente, son los pequeños protagonistas de la fantástica película ‘Slumdog millionaire’ (otro día hablaré de lo increíble de una de las grandes creaciones cinematográficas de los últimos tiempos). En el cine, son dos pequeños que tratan de sobrevivir en la India profunda, la de la pobreza radical. En la vida real, desde que nacieron, “interpretan” el mismo papel.

Hoy recoge ‘La Vanguardia’ la noticia de lo dura que ha sido su vuelta a casa. Tienen fiebre, vómitos y un infinito pesar. Tras el refulgor de los flashes, los smokins, las entrevistas… la cloaca. ¿Alguien avisó a estos niños de lo que supone descubrir que hay un mundo muy diferente aparte del que les ha sido impuesto al nacer? Ellos volaron en avión, fueron a todo unos Estados Unidos, durmieron en un hotel de lujo, protagonizaron la fiesta de Hollywood, ganaron un Oscar, posaron con una sonrisa sosteniendo la estatuilla de oro… ¿y después? ¿Qué se esconde detrás de lo que para muchos es un «éxito» y para ellos era todo un paraíso inimaginable… cruelmente efímero?

Azharuddin sintetiza a la perfección lo que siente, con la pureza e ingenuidad de quien no deja de ser un crío de 10 años: “Estoy muy triste. Todo el tiempo estoy adormecido, con calor y mareos. No puedo dormir aquí, hay demasiados mosquitos y hace mucho calor. Cómo me gustaría estar todavía en Estados Unidos”. Rubina, de la que su padre dice que ya no quiere ni ver a sus amigos y que sólo desea pasar tiempo alejada del suburbio, es igual de clara: “No quiero vivir nunca más en este barrio. No quiero dormir en el suelo. Quiero una cama y vivir en un lugar donde no huela a excrementos”.

A falta de que los productores de la película cumplan con su promesa de pagarles unos estudios y proporcionarles una casa, hoy por hoy, ya nada será igual en la vida de Azharuddin y Rubina. Antes del “éxito”, estos chicos no echaban en falta nada. El suburbio no era tal. Los mosquitos no les molestaban tanto, el calor no les asfixiaba, dormían entre la inmundicia sin excesivos traumas y lo veían todo normal. Era su hábitat, su mundo. No existía nada más. ¿O sí? Es jodido ver y tocar por un día lo que sabes que sólo está reservado a otros. Es duro decirlo, parece cruel. Pero lo cierto es que una frase evidencia la dureza de una frustración que es real: bienvenidos a la puta realidad.

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA

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Autor

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

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