La Hora de la Verdad

Miguel Ángel Malavia

Carcacatólicos y cigüeñones: vaya tela

Hoy me ha vuelto a llamar la atención la revista quincenal navarra ‘Siempre p’alante’, editada por el Órgano Periodístico Nacional de la Unidad Católica de España. Rimbombante nombre, sí señor. Ojeando las páginas de su último número, me he encontrado con este artículo firmado por José Luis Díez Jiménez, titulado ‘Del orgullo español a la desvergüenza’. Orbitando en torno a la cuestión de los nacionalismos, extraigo del mismo algunas partes especialmente significativas:

Su orfandad separatista, unida a su egoísmo venenoso contra España y todo lo español, radica única y exclusivamente en su odio a Franco y a lo que el franquismo representa. (…) Es obvio que, los mal llamados nacionalistas, están unidos a los herederos del Frente Popular, dispuestos a rematar la faena comenzada el 14 de abril del 31, y que no pudieron realizar por la oposición de los que con el grito de ¡Viva España!, e identificados con los numantinos, Covadonga, Lepanto, el 2 de mayo o el sitio de Baler, del Valle del Rif a Alhucemas se convirtieron en los nuevos almogávares en Cruzada de liberación contra la milicia revolucionaria comunista-anarquista-liberal y separatista.

(…) Tras la muerte de Franco, al que identifican con España y lo español, los perdedores, que aún hoy siguen arrastrando su frustración por la Victoria nacional, sólo tienen una obsesión y un empeño para el logro de sus fines: degradar la memoria y la obra del hombre que les derrotó dejando en cueros sus fracasos. (…) Los apátridas o ciudadanos del mundo, come gustan llamarse los traidores y perjuros, dieron la puntilla a las Cortes Españolas con una ruptura, encubierta con la famosa reconciliación, que no fue otra cosa sino la transformación del orgullo nacional en la gran desvergüenza nacional”.

Una vez leídas estas palabras –¡escritas un 1 de junio de 2009! –, que pretenden defender la idea de la fe cristiana y de una España unida, no me queda otra que sentir asco por tal retahíla delirante de odio y fanatismo. Yo, que me digo orgulloso católico y español, aborrezco una postura basada no ya en la imposición dictatorial, sino en la absoluta falta de misericordia y amor. Muy católicos, muy fieles, muy ortodoxos… ¿pero a qué? Escarbo y escarbo y no veo absolutamente nada del Evangelio de Cristo.

Desgraciadamente, no son cuatro abuelos. Esta línea, no tanto en el contenido –tampoco está muy alejado– sino en las formas, es la mantenida por el “exitoso” Francisco José Fernández de la Cigoña en su blog de Religión Digital. Un Cigoña que, por cierto, es colaborador habitual de ‘Siempre p’alante’… Ya saben: los más católicos, los más puros… ¿los más fariseos?

Habrá quien diga que escribo esto para darme notoriedad al meterme con alguien tan “famoso” como el cigüeñón. Pero no voy a gastar un segundo en convencer a quien así lo crea de que estoy tan a gusto en mi pequeño espacio, con mis amigos y aquellos que quieran acercarse por aquí, en un ambiente espero que sano. Las multitudes, las que aplauden cómo se destripa a personas de carne y hueso por su forma de vestir o por las escasas visitas de su blog, ésas, todas, todas, para el “exitoso” rey de los carcacatólicos.

Simplemente, no quiero estar callado, como muchos hacen, ante una situación que considero hace muchísimo daño a la imagen de los cristianos de hoy. Cigoña y los que le jalean, son una gran china en el zapato de la Iglesia en España. ¿Qué aportan de positivo? ¿Verdulerismo, vulgaridad, delación…? ¿Qué? Y los que para nada están de acuerdo con él y, ¿por miedo?, le tratan con un tacto que no tienen con otros que son de su misma cuerda… pero no son tan “poderosos”… ¿por qué? ¿Por qué?

Yo prefiero tratar de convencer a mis amigos de que decirse católico en el siglo XXI no consiste en ser un intransigente. Es otra cosa. ¿El qué? Esperen, que busco en el Evangelio y luego se lo cuento…

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA

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Autor

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

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