Los agujeros negros son tan extravagantes que los científicos que los teaorizaron primero pensaron que no podrían existir en la realidad. Se forman a partir de estrellas colapsadas masivas y son tan densos que nada puede escapar a su atracción gravitacional, incluida la luz.
Esta característica siempre ha complicado las cosas a la hora de poder obtener una imagen de los mismos. Pero, tal y como recuerda en un artículo The Science News Reporter, en 1979, Jean-Pierre Luminet creó la primera «imagen» usando nada más que una computadora temprana, mucha matemática y tinta china.
Hoy los investigadores siguen su caza de imágenes reales agujeros negros grandes porque generalmente están al lado de otras estrellas y absorben su materia, algo que los astrónomos sí pueden ver.