Hoy os ha nacido, en la ciudad de David, el Salvador, que es el Cristo, el Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis a un niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre.
(Lc 2,11-12)
«Con la humildad de los pastores, pongámonos en camino, en esta Noche santa, hacia el Niño en el establo.
Toquemos la humildad de Dios, el corazón de Dios. Entonces su alegría nos alcanzará y hará más luminoso el mundo»
(Benedicto XVI, Homilía 24.XII.07).