Cientos de personas acompañaron al paso con cirios desde la iglesia de San Lorenzo hasta la Catedral
IGNACIO MURILLO Pamplona
Cirios y silencio. Cientos de personas acompañaron ayer a la ima¬gen de La Dolorosa en su tradicional traslado desde la iglesia de San Lorenzo hasta la catedral.
El buen tiempo de la tarde dio paso a un atardecer con algo de viento y unos 15 grados, temperatura que, en cualquier caso, animó también a muchos pamploneses a arropar a La Dolorosa 48 portadores de la Hermandad de la paz y la Caridad, en dos turnos de 24, se esforzaron para sacar el paso por las escaleras de San Lorenzo. Son casi 1.000 kilos y fue uno de los momentos más complejos, al igual que la.entrada a la catedral, a la que se llegó pasadas las 10 de la noche.
El recorrido comenzó sobre las 21.25 horas. La comitiva la formaron miembros de las hermanda¬des, autoridades religiosas, la corporación encabezada por el alcalde Enrique Maya y la banda de Música La Pamplonesa, que dirigió Vicent J. Egea y que interpretó piezas religiosas como Mater Mía, Mektub y Oremos. «Para nosotros es el comienzo de la Semana Santa. Estamos unas no personas, incluidos los portadores, que han entrenado en los últimos días», explicó Eduardo Gorraiz Alzu, prior de la Hermandad de la Paz y la Caridad momentos antes de comenzar el acto.
Buena parte de los asistentes portaban los tradicionales y largos
cirios, que dejaron un característico olorymucha cera esparcida por la calle. Varias máquinas barredoras se encargaron al término de la marcha de limpiar el recorrido del acto: calle Mayor, San Saturnino, plaza del Ayuntamiento, Mercaderes y Curia. En el último tramo de la calle Mayor, una veintena de miembros de la cofradía de San Saturnino interpretó, por tercer año consecutivo, el tema La Dolorosa, compuesto por Iñaki Lacunza para este momento concreto. «Silencio, por la Virgen del Dolor. Pamplona viste de duelo en la muerte del Señor», decía la letra que emocionó a los asistentes.
