«Desayuno con amor»

Esta historia a parte de preciosa es verdadera…

Soy madre de tres niños de 14, 12 y 3 años y acabo de terminar mi educación superior.
La última asignatura que tuve fue Sociología.

La profesora estaba absolútamente llena de todas las cualidades que yo considero un ser humano debería tener.

Su último proyecto se tituló “SONRIE”… Nos pidió a todos sus alumnos que salieramos a sonreirle a tres personas y documentaramos sus reacciones.El pan nuestro

Yo soy una persona muy amable por naturaleza y siempre sonrío y saludo a todo el mundo, por lo tanto pensé que sería algo facilísimo.

Nos acababan de asignar ese proyecto cuando mi esposo, mi hijo menor y yo fuimos a Mácdonalds una fría mañana de Marzo, era nuestra forma de compartir tiempo con nuestro hijo y estábamos en la fila esperando a ser atendidos cuando repentinamente todo el mundo a nuestro alrededor, comenzó a hacerse a un lado, incluso mi esposo.

Yo no me moví, un pánico aterrador se apoderó de mi cuando me moví para ver porqué se habían retirado ellos.

Al volverme olí el más horrible hedor de cuerpo humano y allí parados detrás de mi
había dos pobres vagabundos.

Al mirar al mirar al señor más pequeño y cercano a mí , él estaba sonriendo.

Sus preciosos ojos azules como el cielo estaban llenos de luz de Dios y buscaban aceptación. Él me dijo “Buen dia”…mientras contaba unas monedas que había estaba apretando entre sus manos.
El segundo hombre jugaba con sus manos parado detrás de su amigo.
Me dí cuenta que el segundo era retrasado mental y el señor de los ojos azules era su salvación. Contuve las lágrimas parada al lado de ellos.
La cajera les preguntó que deseaban…Él respondió “Sólamente café señorita” pues era todo lo que podían permitirse, si querían sentarse en el restaurante para calentarse un poco tenían que consumir algo, ellos querían sólo calentarse.
En ese momento sentí una compulsión tan grande que casi abrazo al hombrecito de ojos azules y justo entonces me di cuenta que todos los ojos del restaurante estaban fijos en mí, siguiendo y juzgando cada uno de mis movimientos.
Sonreí y le pedí a la cajera que me diera dos desayunos más en una bandeja a parte.
Me dirigí a la mesa más lejana que ellos habían escogido para sentarse.

Coloqué la bandeja sobre la mesa y puse mi mano sobre la mano del señor de los ojos azules, él me miró y con lágrimas en los ojos, dijo “Gracias”.

Me incliné y acaricié su mano y le dije “ Yo no he hecho esto por usted, Dios está aquí actuando a través de mi para darle a usted esperanza”.

Comencé a llorar mientras caminaba a sentarme con mi esposo y mi hijo pequeño.

Cuando me senté mi esposo me sonrió y me dijo “Por eso Dios te entregó a mi, cariño , para darme esperanza”. Nos cogimos de las manos y en ese momento supe que sólamente por la gracia de Dios que nos ha sido dada nosotros podemos dar.
Ese día me fue mostrada la luz pura del dulce amor de Dios.
Volví a la universidad con esta historía y era el último día de clases, entregué mi proyecto a mi profesora y ella lo leyó, me miró y preguntó “ Puedo compartir esto?”.
Asentí mientras toda la clase le prestaba atención, comenzó a leer y fue cuando supe que
como seres humanos y siendo parte de Dios compartimos esta necesidad de sanar a la gente y de ser sanados.

A mi manera había emocionado a la gente en Macdonalds, a mi esposo, a mi hijo , a la profesora y a cada uno que estuvo en ese salón en la última clase que tuve como estudiante.

Me gradué con una de las lecciones más grandes que jamás olvidaré.
Aceptación incondicional…

Mucho amor y compasión es enviado a todos y cada uno que lea esto que aprenda a amar a la gente y usar las cosas y no amar a las cosas y usar a la gente.

Mucha gente entrará y saldrá de tu vida pero sólo verdaderos amigos harán huellas en tu corazón.
Para tratarte a ti mismo usa tu cabeza, para tratar a otros usa tu corazón.
Dios le da comida a todas las aves pero no se lo pone en sus nidos.

Si esta historía te ha conmovido y te ha tocado de alguna forma, por favor compártela.

Autor desconocido

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Autor

Mª Rosario Aldaz Donamaría

Mª Rosario Aldaz Donamaría, profesora de cocina y repostería, autora libro escuela de cocina navarra "El Bosquecillo" y abierta a cualquier sugerencia, opinión o comentario.

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