El Papa denunció vigorosamente «la cultura del desecho, de usar y tirar»

que termina devaluando también la persona humana, de modo que «si una noche de invierno muere de frío un mendigo aquí cerca en la Plaza de Octaviano, o si mueren niños, no es noticia». En cambio, «si se rompe un ordenador es una tragedia, y si la bolsa baja un diez por ciento es una tragedia».

En esa cultura del desecho, «se termina desechando a las personas. Se deja de respetar la vida, sobre todo si es pobre o incapacitada, o si todavía no es útil, como el niño que va a nacer, o si ya no sirve, como el anciano».

El Papa invitó a poner fin a la cultura del derroche y a apoyar el objetivo de Naciones Unidas de «erradicar la destrucción de alimentos», una enseñanza que aparece ya en el pasaje evangélico de la multiplicación de los panes y los peces.

Como al final sobra comida, Jesús ordena que la recojan «y llenan doce cestas, un número que simboliza las doce tribus de Israel, que simboliza a todo el pueblo».

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Mª Rosario Aldaz Donamaría

Mª Rosario Aldaz Donamaría, profesora de cocina y repostería, autora libro escuela de cocina navarra "El Bosquecillo" y abierta a cualquier sugerencia, opinión o comentario.

Lo más leído