Texto: Dioni
2014-01-06
1.-Lamentablemente, en nuestra cultura cristiana, a esta fiesta del 6 de Enero se le ha aplicado un nombre falso: REYES. Su auténtico nombre es EPIFANIA (MANIFESTACIÓN).
2.-Todavía peor: se han inventado los nombres de los presuntos reyes: Gaspar, Melchor y Baltasar. El que fueran tres, lo han deducido del hecho de que el evangelista Mateo menciona tres regalos: oro, incienso y mirra.
3.-Marcos, Lucas y Juan no mencionan este relato de los llamados Magos o Reyes. Lo menciona Mateo solamente (2,1-12). En las tradiciones modernas de la Biblia, se les aplica el calificativo de Sabios o Magos, y no el de Reyes.
4.-No nos importa demasiado que sea histórico o no lo que relata Mateo. Tengamos presente que Mateo conoce bien el Antiguo Testamento. Se puede decir, sin duda, que no hace más que aplicar a Jesús lo leído en el Antiguo Testamento. En el profeta Isaías, por ejemplo, ha leído: «Levántate y brilla, Jerusalén, que llega tu luz… Te inundará un tropel de camellos, y dromedarios de Madián y de Efá… trayendo oro e incienso» (60,1-6).
5.-Aparte de la Biblia, también existen relatos parecidos al de Mateo en otros textos. Por ejemplo, en el Haggada (especie de “historia”) de Moisés, al Faraón le notifican la noticia del nacimiento de Moisés y el Faraón se turba, y se pone a pensar sobre cómo matar a los niños. Lo de la aparición de la estrella es cuestión diferente; de todas formas, en la antigüedad es bastante común mencionar su aparición con ocasión del nacimiento de algún personaje.
6.-Dejando de lado lo de si el relato de los Magos sea histórico o no ─más bien parece que no─, Mateo quiere aclarar el pensar y la fe de su comunidad cristiana. También esta comunidad conoce las tradiciones judías, pero no le ha quedado más remedio que considerar como enemigo al judaísmo.
7.-Hablando más concretamente, por una parte, la venida de Cristo la han considerado como luz opuesta a toda magia; el hecho de que los Magos hayan adorado a Jesús indica que la sabiduría del mundo ha tomado una nueva dirección: los Magos, dejando de lado su sabiduría anterior, han abrazado la de Jesús.
