Como su prima, la alcachofa, el cardo procede de la cuenca mediterránea.
Es una verdura muy valorada entre los especialistas en gastronomía.
En España esta verdura se suele poner, condimentada con ajos, o con jamón y es un plato característico del tiempo de Navidad.
En Francia también es muy valorado, sobre todo en Lyón y sus alrededores, donde se sirven gratinados “al tuétano” aunque hay diferentes variantes: Con cabrito, con riñones o con fuagras, o con guarnición de pastas o cebolletas confitadas y trufas.
Los franceses dicen que los mejores son los de Vaulx-en-Velin, localidad donde los 8 de diciembre se celebre la fiesta de los cardos y los miembros de la “Cofradía del Cardo” ofrecen multitudinarias degustaciones
En realidad, para saborear su delicado sabor, basta con hervir los tallos en agua salada con un toque de aceite.
El cardo puede crecer hasta metro y medio y lo que se utiliza es los tallos de color más claros del intrior.
Cardo en su salsa
Ingredientes
- Un Kilo y 1/2 de cardo limpio.
- Tres dientes de ajo.
- 50 g. de harina.
- Un decilitro de aceite.
- Sal.
Modo de hacerlo
El cardo se prepara partiéndolo a trozos pequeños al mismo tiempo que se le quita las hebras, dejándolo bien blanco. Se va poniendo en un recipiente con abundante agua fría.
En cacerola amplia, con abundante agua hirviendo, con sal, se va echando muy despacio, sin que el agua deje de hervir, el cardo lavado. Tapada la cacerola se hace cocer moderadamente hasta que esté tierno, aproximadamente tres cuartos de hora.
En una cacerola se pone el aceite y los ajos partidos a lonchas finas, a fuego moderado. Cuando los ajos tomen color dorado se pone la harina mezclada con la almendra molida se rehoga y se añade enseguida, sin que tome color, caldo de la cocción del cardo, un litro aproximadamente.
Debe quedar trabado pero no espeso.
Se rectifica de sal y se mantiene caliente para servir.
Se presenta en fuente honda.