La receta de este plato tan popular varía según la zona geográfica.
Por ejemplo, tenemos el gazpacho manchego, extremeño o andaluz, e incluso podríamos incluir el salmorejo y el ajoblanco, que sin ser técnicamente gazpachos, son platos que se asemejan mucho.
No obstante, cuidado con las apariencias, porque el gazpacho manchego nada tiene que ver con los anteriores; de hecho, se trata de un guiso caliente con ingredientes de origen animal.
¿Y de dónde sacamos los españoles esto del gazpacho?
Parece que esta receta deriva de una preparación muy antigua formada por pan desmigado, aceite de oliva y vinagre. De hecho, mi abuela preparaba lo que llamaba gazpacho solo con agua fresca, pepino cortado, aceite, vinagre y un poco de sal.
Parece ser que no fue hasta el siglo XIX cuando se le añadió el tomate a la receta.