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Los bartolillos son una de las recetas dulces más representativas de la gastronomía madrileña que se suelen elaborar en Semana Santa, junto a las torrijas, los pestiños y las rosquillas.
Se trata de una especie de empanadilla de forma triangular, que se elabora con una masa muy fina, rellena de crema pastelera y frita.
Bartolillos Madrileños
Ingredientes para la crema
- 1 litro de leche
- Corteza de limón.
- Canela en rama.
- 60 grs. de Maicena.
- 6 yemas.
- 150 grs. de azúcar.
Preparación
- 1. Reservar tres cucharadas de leche fría. El resto de la leche, con la canela en rama y un poco de corteza de limón, se pone a cocer despacio.
- 2. Poner en una cazuela el azúcar con la maicena y mezclar. Se añaden las tres cucharadas de leche fría que teníamos reservadas, las yemas y mezclamos bien.
- 3. Añadir despacio la leche que ha hervido con la canela y la corteza de limón, colándola por si hubiera hecho nata, y lo mezclamos todo bien con unas varillas. Lo ponemos a fuego moderado, sin dejar de mover con las varillas, hasta que rompa a hervir.
- 4. Se retira del fuego y se reserva hasta que se enfríe, procurando que no haga nata.
Ingredientes para la masa:
- 250 g. de harina, aproximadamente.
- 2 cucharadas de azúcar.
- 1/2 dl. de aceite.
- 1/2 dl. de vino blanco.
- 2 cucharadas de anís.
- Aceite de oliva virgen extra
Preparación
- 1. Se forma un círculo con la harina y en el centro se echan todos los ingredientes, se amasa y se forma una masa fina y compacta, que no se pegue a las manos.
- 2. Se incorpora una cucharada de vino blanco, se mezcla bien y se echa la otra cucharada de vino blanco, si es necesario se añade algo más de harina, lo justo hasta que no se pegue a las manos.
- 3. Con la masa formada, se forma un rulo y se cortan 12 porciones. Cada porción se estira con un rodillo hasta conseguir una oblea bastante finita de unos 10 cm de ancho por 20-22 cm de largo
- 4. Se coge una cucharada de la crema, se pone en el centro, se humedecen los bordes con clara de huevo o con agua y se dpbla, apretando los bordes y sellando con las púas de un tenedor. Se van reservando sobre la encimera previamente enharinada.
- 5. Se fríen en abundante aceite bastante caliente, de dos en dos, dorándolos por los dos lados. Hay que tener cuidado que no se revienten, porque se saldría la crema del interior
- 6. Cuando están dorados se sacan, se ponen sobre papel de cocina o una rejilla y se espolvorean de azúcar glas.