Este plato forma parte de la dieta mediterránea y se consume popularmente durante cualquier época del año.
También puede consumirse como primer plato, entrante, segundo plato o platillo principal.
¡Como te apetezca!
Sin duda, la clave de la preparación de esta receta es escoger un buen bacalao que se encuentre bien desalado.
En cuanto a las verduras, la cebolla es imprescindible, aunque también puede sustituirse o adicionarle puerro o ajetes frescos.
Lo importante es pocharlos bien y que, aunque no lleguen al punto de caramelización, aporten cierta dulzura y jugosidad al platillo.
Un truco para cocinar bien la cebolla, es meterla previamente en el microondas para que suelte el agua de vegetación y luego añadir agua poco a poco en la sartén para que los azúcares se repartan.
En diez minutos y con poco aceite tendrás una carretada de cebolla óptimamente pochada para proceder a hacer la tortilla con ella.
Lo que no sabías sobre el bacalao
El bacalao es un pescado blanco propio de aguas frías del norte, hallándose en Noruega uno de los principales caladeros en el mundo.
La temporada de pesca de esta especie se localiza entre los meses de diciembre a mayo, destaca por el sabor singular y apreciado de su carne.
El bacalao es uno de los pescados más apreciados en la cocina española, especialmente en País Vasco, en cuyos puertos suele desembarcar.
Es un producto muy versátil en la cocina. Se puede preparar a la plancha, al horno, rebozado o acompañado del salsas. Así pese a ser un pescado blanco, es una de las variedades con más sabor que podemos encontrar en las pescaderías.
Al momento de cocinar, prácticamente no hay diferencias. Y, desde el punto de vista nutricional, el bacalo fresco y el salado son muy similares. La gran diferencia entre ambas presentaciones es la sal, un conservante natural utilizado desde hace siglos para preservar los alimentos. La clave está en desalar de forma adecuada el bacalao seco antes de cocinarlo y consumirlo.
El bacalao fresco es rico en sodio de manera natural. La diferencia está en la concentración de este mineral: 100 gramos de bacalao fresco contienen 68 miligramos de sodio, mientras que la misma cantidad de bacalao seco puede superar los 8.000 miligramos. ¡Casi 120 veces más!
¿Hay que congelarlo para evitar anisakis?
El Anisakis es un parásito que puede encontrarse en el pescado y en los cefalópodos (calamar, pulpo, sepia,…) y provocar alteraciones digestivas (Anisakiasis) y reacciones alérgicas que, en ocasiones, pueden ser muy graves.
La Anisakiasis sólo se puede contraer si se come pescado o cefalópodos parasitados crudos o sometidos a preparaciones que no matan al parásito.
En el caso del bacalao, si lo compramos fresco y lo queremos utilizar en preparaciones con pescado crudo (como el sushi o el sashimi), sí es necesario congelarlo (a -20 ºC, durante cinco días como mínimo) para acabar con el anisakis. Si adquirimos estas preparaciones hechas, no, pues el fabricante debe encargarse de congelarlo con anterioridad. Tampoco es necesario congelar el bacalao desecado salado de manera tradicional.
Ingredientes para la tortilla de bacalao
- 250 g de bacalao desalado y escurrido
- 4 huevos
- una cebolla
- Aceite de oliva
- Un pimiento verde
- Un diente de ajo
- Sal y pimienta