Joyería Suárez: desfile de quilates y noche de estrellas

Ni siquiera los 88,38 quilates de centelleantes diamantes que la adornaban pudieron con ella.

Isabel Preysler llegó en hermosa carne mortal, sin un ápice de glamour menos ni un kilo de más en su talla de avispa a la cita convocada por la Joyería Suárez ayer por la noche en el madrileño Hotel Urban, con motivo del 65 aniversario de la puntera marca de alta joyería española y de la presentación de la colección Elite 2008, de la cual es sofisticada imagen.

Apareció sobre altísimos peep toes de seda negra, tal grácil orquídea exótica, todo ademán armonioso, esbelta estampa envuelta en un fabuloso bolero de lince (Elena Bennaroch), feliz contraste con un vaporoso atuendo de seda negra rematado de aplicaciones aterciopeladas de Elio Berhanyer. Brilló como ella sola lo sabe hacer al constelado firmamento de Suárez, venció con refulgente luz e icónica belleza, permaneciendo pocos minutos entre nosotros, pero bastante para que su presencia domine todo el acto y la convierte, una vez más, en protagonista absoluta. Son ya años (y confesados) que esa singular dama euroasiática, paradigma de clase, delicadeza y saber estar, reparte clases de distinguida elegancia con su personalísimo estilo impecable, sobrío y desprovisto de estridencias. Por algo el cetro del glamour patrio sigue siendo suyo, a pesar de sus atinadamente dosificadas comparecencias ante el personal y por más relevo generacional que le intentan buscar.

Asediada por los reporteros gráficos, Isabel hizo los deberes contestando con el mejor protócolo, leyendaria suavidad y fascinante encanto a la prensa.

Adornó su mano de un solitario de la colección Élite 2008 silueteado de orla blanca, su escote de una rivière de diamantes y llebaba unos sublimes pendientes de idéntico género, talla pera, rematado de una orla de brillantes.

El espíritu de la colección expuesta rememora los mejores momentos de la mítica joyería, reuniendo en una sola colección “revival”, algunos de sus diseños más emblemáticos. Así fusionan presente y pasado, dejando patente una de las premisas fundamentales de la emblemática marca: la creación de piezas atemporales que perduren en el tiempo.

Un variado e impecable catering (Joaquín Felipe), regado del exquisito champagne Billecart-Brut nature completó ese excelso evento donde otras famosísimas señoras pasearon también palmito: las distinguidas Nuria Fernández Tapias luciendo como ella sola un bellísimo Ralph Lauren, Cari Lapique (de Valentino) y Marisa de Borbón (imagen de Loewe), espectaculares Adriana Abascal de BCBG y Mar Saura de Hannibal Laguna, bellísimas Martina Klein, Blanca Martínez de Irujo (de Escada) y Cristina Tassio, plateada Terelu Campos, llameante Nati Abascal de rojo Lacroix con audaz lazada y botines negros.

Una constelación de estrellas prendidas en el nocturno cielo capitalino, con toda la magia habitual que desprenden las fiestas de la familia Suárez. Resumiendo: puro goce visual, clase y lujo a granel en una inolvidable noche de embrujo. En un clic están a su alcance: www.joyeriasuarez.com

Foto: MJMDK

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Autor

Marie José Martin Delic Karavelic

Marie José Martin Delic Karevelic, apasionada periodista culinaria autora del blog ‘Fogon’s Corner’ en Periodista Digital.

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