Delicada, cremosa y fresca, la ricotta, según la leyenda urbana, es un requesón transalpino cuya receta fue entregada directamente de los Cielos a San Francisco de Asís.
Piamonte, Basilicata, Sicilia, Sardeña, Campanía, Puglia, Calabría, Friuli-Venezia Giulia y Lombardia son las zonas predilectas para su fabricación. Los Italianos la adoran, le aplican tantos usos como al mascarpone y compone gran parte de sus postres (tarta de queso, cassata y cannoli), como de las pizze y pasta (ravioli, cannelloni).
Hoy la degustaremos en croquetas. Para 6 personas, mezclar en un gran cuenco 700 gr. de ricotta escurrida, 3 cucharadas de harina blanca, igual de parmiggiano reggiano rallado, hierbas aromáticas de su elección, 1 huevo regordete entero y una pizca de tabasco. Salpimentar a gusto. Amasar perfectamente, formar unas pequeñas croquetas y pasarles por el pan rallado. Freír en abundante aceite unos tres minutos, escurrir y servir inmediatamente con una gran ensalada mixta muy aliñada. Delicioso, repetirá.