Sólo con verla, nos encandila. En la Antigüedad esa irresistible hierba fue símbolo de hospitalidad y su nombre deriva de Mintha, una ninfa predilecta de Hadès, soberano infernal.
Fabricar su propio licor de menta es, aparte de divertido, de lo más fácil y simpático. Agosto es su mejor momento, así que a por ella por los soleados caminos veraniegos que lindan los pantanos. Para que nuestro licor luzca plenamente su aroma y color, es importante utilizar unas hojitas de menta recién cortadas.
Lavar y secar perfectamente con un paño limpio unas 50 hojas de menta fresca perfectamente sanas. Depositarlas en un recipiente de vidrio, cubrirlas completamente con ½ litro de alcohol, tapar y dejar macerar unos 5-7 días. Al cabo de este tiempo, retirar las hojitas y filtrar el licor obtenido, que tiene que ostentar un profundo color verde.
Hacer un almíbar hirviendo unos 10′ ½ litro de agua desmineralizada con 600 gr. de azúcar blanco. Dejar enfriar completamente. Retirar las hojitas de menta del alcohol, verter el licor en la batidora, añadir el almíbar y mezclar. Filtrar, embotellar y guardar unos 20 días antes de consumir.