Postres infernales: flanecitos de clementina y calabaza

Una receta con embrujo para tu Halloween 2011

Postres infernales: flanecitos de clementina y calabaza
Las brujitas suelen enloquecer con ese dulce postre, ideal para tu Halloween 2011

Aunque de noviembre a febrero podemos disfrutar de las mejores clementinas, ya están disponibles en mercados y escaparates. Oriundas de la cálida Argelia, su creación accidental se produjo en un contenedor al principio del siglo pasado. Así es su curiosa historia.

El Padre Clemente Rodier, religioso encargado de los huérfanos de Misserghin, viendo unos niños comiendo entre basura una fruta desconocida de intenso tonalidad naranja y semejante a la mandarina, se quedó prendado de esa delicia e inmediatamente, en el mismo jardín del orfanato, intentó reproducirla. Después de varios intentos fallidos, consiguió lograr el híbrido hoy conocido como «clementina«, en honor a su nombre y sus denodados esfuerzos.

Ese cítrico es un cruce de mandarina y naranja amarga, o «bigarada«, de ahí su inconfundible toque agridulce, tan agradable al paladar. El esplendor rojizo de la luminosa frutita conquistó enseguida los mercados, así como su carne casi desprovista de pepitas, su sabor delicioso e intenso aroma. Por tanto, destronando la sosita mandarina, inspiró sabrosas recetas como esos flanes otoñales, ideales para el diabólico Halloween. Se hacen en un santiamén, son deliciosos, las proporciones están previstas para seis personas y se preparan de la manera siguiente:

Precalentar su horno a 200º. Pelar unos 300 gr. de calabaza, despojarla de sus pepitas y largas fibras, cortar su carne en daditos diminutos. En una sartén y dos cucharadas de mantequilla fina, dorarlos a fuego manso. Cuando están muy tiernos, añadir tres cucharadas de jarabe de arce, dejar caramelizar ligeramente y distribuir en seis flaneros individuales. Reservar.

Calentar medio litro de leche desnatada con una vaina de vainilla cortada transversalmente para liberar sus semillas olorosas. En el vaso de la batidora, mezclar 100 gr. de azúcar, 4 huevos enteros, una yema y 50 gr. de polvo de almendras. Agregar la leche tibia con la vaina de vainilla, una pizca de canela y triturar hasta obtención de una mús muy aérea. Verter en los flaneros reservados, hornear unos 45′ a 180º. Dejar enfriar completamente y refrigerar por lo menos cuatro horas. Degustar con bizcochos de soletilla.

 

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Autor

Marie José Martin Delic Karavelic

Marie José Martin Delic Karevelic, apasionada periodista culinaria autora del blog ‘Fogon’s Corner’ en Periodista Digital.

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