Los paraguas hacen guardia por casi toda la península y una sopa nutritiva, calentita, a base de salutíferas hortalizas, pollo y aromas otoñales es de lo más indicado al menú de ese finde. Las proporciones están previstas para cuatro personas.
Cortar, lavar, secar y laminar finamente la parte blanca de cuatro puerros, reservarlos. Pelar, laminar y dorar una cebolla dulce en dos cucharadas de mantequilla, añadir los puerros reservados, un nabo pelado y laminado, cocer el conjunto a fuego lento en una gran marmita unos quince minutos. Añadir dos patatas peladas, lavadas y cortadas en cubitos, azafrán a discreción y cuatro muslos de pollo despojados de su piel. Cubrir de agua, salpimentar al gusto y seguir cocer a fuego manso unos 40′. Casi al final de la cocción, añadir ocho castañas al natural.
A continuación, retirar y distribuir en los platos los muslos de pollo, triturar la sopa con un blender hasta obtención de una textura muy fina. Rectificar el sazonamiento, verter la sopa encima y listo. Acompañar de lonchitas de pan de nueces ligeramente tostadas.