Los hay de todos tipos, formas y sabores. El queso, considerado en la antigua Grecia, un regalo divino, resulta en su actualidad, un alimento versátil, riquísimo, capaz de constituir toda una comida y generar un ambiente de amable convivialidad (la sabrosa fondue y la maravillosa raclette suiza). Listo para utilizarse en cualquier momento, es un precioso elemento culinario protagonizando un sinfín de recetas sofisticadas o sencillísimas, siempre apetitosas y salutíferas. Así esos deliciosos flanecitos, hechos en un santiamén y escasos quince minutos, que conformarán una entrada agradable y nada trabajosa. Proporciones: para cuatro personas.
Sacar la bandeja de su horno, llenarla de agua a la mitad y reservarla. Precalentar su horno a 200º. Untar cuatro flaneros medianos con un poco de mantequilla, reservarlos. En el vaso de la batidora, mezclar 100 gr. de queso azul tipo Roquefort, desmigado, con 4 huevos, 100 gr. de nata espesa, dos cucharadas de queso mascarpone, nuez moscada rallada a discreción, sal y pimienta del molino.
Distribuir en los flaneros, colocarlos en la bandeja, hornear a 180º hasta obtención de un bonito dorado, dejar entibiar y degustar acompañado de una ensalada de rúcula.