El mercurio está bajando gradualmente y el ambiente se refresca. Perfecta excusa para hacer acopio de deliciosa energía, mediante una tarta ideal para meriendas familiares, incorporando nuestro alimento sagrado y predilecto, el cacao. Armonizado con ciertas especias, es pura delicia. No lo dude, sacrifíquese sin remordimiento y pruebe una de las tendencias protagonistas de la repostería actual. Las proporciones están previstas para seis golosos.
Precalentar su horno a 200º. Descongelar y extender al rodillo 300 gr. de masa brisé. Depositarla en un molde de tarta, picar su fondo con un tenedor y hornearla unos 15′ a 180º. Mientras tanto, calentar a fuego muy moderado 250 gr. de nata espesa, añadir media cucharadita de canela, otra de pimienta de Espeleta, dos de azúcar blanco y una pizca de sal. Agregar 150 gr. de chocolate de cobertura cortado en trocitos, cocer a fuego lento removiendo constantemente con una cuchara de palo.
Retirar, añadir un huevo entero, mezclar perfectamente, verter ese preparado sobre el fondo de masa brisé precocido y hornear otros 15′. Acompañar de bolitas de queso mascarpone. Fatal para el colesterol, pero ideal para los chocolistos. Un día es un día…