Sanas y sabrosas, deliciosas y amigas de nuestros sufridos intestinos, las carnosas ciruelas están en su mejor y demasiado corto momento. Vamos a degustar ese manjar casi otoñal en gratinado tibio. La receta, prevista para unas cinco personas golosas, es facilísima. Precalentar su horno a 200º (termostato 6-7). Calentar a fuego lento medio litro de leche desnatada. Verterla en la batidora y mezclar con dos cucharadas de té matcha en polvo, 30 cl. de nata espesa, 80 gr. de azúcar moreno, tres huevos y una yema suplementaria, hasta obtención de un mus muy ligera. Reservar.
Distribuir en unos flaneros individuales un poco de caramelo, 400 gr. de ciruelas maduras, lavadas y deshuesadas. Verter la crema reservada encima, hornear media hora.
Muy fino y delicado, ese postrecito se lleva de maravilla con bizcochos de soletilla, galletas de mantequilla, de chocolate, bolitas de helado de vainilla y una copa de cava muy fresco. Aprovechad ese sabroso y dulce manjar oriundo de China, cuyos usos culinarios son muy versátiles: en compota, confitura, mermelada, aguardiente, como postre, en clafoutis y crumbles es siempre deliciosa.