Los platos especiados (con precaución) no tienen razón de reñir con los paladares delicados. Para muestra, esa receta, prevista para cuatro personas.
En una sartén de grandes dimensiones y tres cucharadas de mantequilla salada, dorar cuatro muslos de pollo de granja, a fuego muy manso. A continuación, añadir dos clavos de olor, una hojita de laurel, dos cucharadas de canela molida, igual cantidad de miel líquida, una de azúcar moreno, pimienta de Ezpeleta a gusto, sal al gusto, un vasito de vino de Jerez o de Moscatel y otro de agua tibia. Tapar y cocer lentamente, removiendo perfectamente y a menudo para que los sabores fusionen perfectamente y hasta que la carne esté muy tierna. Reducir la salsita si quedara demasiada líquida y servir con un arroz basmati que también resulta una delicia.
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