Monkey 47(www.monkey47.com), la ginebra que salió de la Selva Negra. La curiosa historia de este exclusivo destilado, con mucho sentimentalismo y aún más especias, merece ser contada. Porque suena bien y sabe mejor. Pero, ¿hay monos en dicha selva? Y, ¿por qué 47?
Todo comenzó con la aparición de una caja de madera que contenía una botella etiquetada y decorada a mano con un mono y el título «Max the Monkey – Schwarzwald Dry Gin». La acompañaba una carta que describía los ingredientes de la misma detalladamente. Alexander Stein, junto con el Master destiller Christoph Keller fueron los encargados de resucitar la fórmula. Y tras dos años de duro trabajo…
Monkey 47 tiene cinco características que marcan su compleja y atrevida personalidad:
La primera de ellas, la Selva Negra que aporta ingredientes autóctonos y poco comunes en una ginebra, algo que le da un carácter único. Destacan: camomila, escaramujo, salvia, verbena y bayas de espino. Se elabora además con los mejores productos y hay algunos que no están en esta selva del sur de Alemania, es el cado del enebro, que procede de las bayas maduras de juníperos de la Toscana, superando así a la receta original, ya que son más sabrosas que las oriundas del país. Unas notas especiadas que le confieren un post-gusto complejo y fiero, aportado por especias del lejano oriente como cardamomo, clavo, nuez moscada, almendra, jengibre, canela de Caylan, regaliz y cálamo aromático. Las notas florales se deben al proceso de destilación y, además de lavanda, lleva flor de acacias de la Selva Negra, madreselva salvaje y flor de Monarda de América del Norte. Las notas ácidas son fruto de una combinación de cítricos y hierbas así como de bálsamo de limón y naranja amarga junto con semillas de Angélica. Y por último, el toque de Monty, lo que hace a Monkey 47 una ginebra 100% diferente, es una infusión de arándanos frescos.
Pero, ¿quién es Monty? Montgomery Collins, ‘Monty’ para los amigos, es el responsable de que Monkey 47 esté entre nosotros. Hijo de diplomático británico, nació a principios del siglo XX en Madrás (India), donde creció y aprendió cinco idiomas antes de volver a Inglaterra. En 1945 Collins fue destinado al sector inglés de Berlín como comandante de las Fuerzas Aéreas Reales. La situación de la ciudad le afectó profundamente, por lo que apoyó su reconstrucción, viéndose involucrado en la recuperación del Zoo, donde apadrinó a un mono llamado Max. Ya tenemos el monkey.
En el 51 Monty dejó su puesto y abrió una pensión en la Selva Negra, ‘El mono salvaje’, en honor a Max. Como buen gentleman, Collins era un apasionado de la ginebra y se interesó en su elaboración. Y no es de extrañar ya que el enebro es muy abundante y de gran calidad en la Selva Negra, al igual que el agua pura de la zona y la variedad de plantas naturales. Ya tenemos la base natural para desarrollar una ginebra única. Montey murió, pero su legado aguardaba en una caja de madera…
Desde 2010 Stein y Keller elaboran y comercializan Monkey 47, compuesta por 47 botánicos recogidos a mano y preparados con agua extremadamente blanda de los manantiales de la Selva Negra. Su gran calidad y complejidad se logra con una cuidada destilación y un proceso de maduración en contenedores de barro tradicionales durante 4 meses. Si a todo ello añadimos el hecho de que se elabora artesanalmente, en pequeños lotes, Monkey 47(www.monkey47.com) es un gran tesoro de la Selva Negra. Puede sonar a una ginebra más, pero no, no lo es… Agresiva y deliciosa, su PVP es de 38´90 € (500ml.), y armoniza a la perfección con la tónica Fentimans. Puede adquirirse en las mejores vinotecas y tiendas especializadas de toda España. Y degustarse en los locales más exclusivos… ¡Busca el mono!