Súper alimentos: la Spirulina de Aquitania, oro verde de Aquitania

Algacultura: Déborah Charlemagne, maga de la Spirulina

Algacultura: Déborah Charlemagne, maga de la Spirulina
Vista del invernadero y de los tanques-cuñas de la Spirulina

Después del oro blanco (la sal de Salies-de-Bearn https://www.periodistadigital.com/fogons-corner/salud/2015/07/07/salies-de-bearn.shtml) y del oro `púrpura (la pimienta de Espeleta https://www.periodistadigital.com/fogons-corner/salud/2013/07/30/francia-espelette-por-el-camino-del-caviar-purpura.shtml), Aquitania nos propone un sorprendente oro verde, la delicada spirulina, cultivada en el corazón del Béarn y cuyo mercado conoce un boom expansivo. Ahí nos espera Déborah Charlemagne en su bonita explotación de Jouanbayle, sita en una frondosa meseta soleada frente a una monumental belleza natural, la barrera pirenaica. Fino cabello de hada rubia y azulada mirada aguda, esa brillante microbióloga y antaño formadora-investigadora de Hyères-les-Palmiers, con escalas en Africa y especialmente en Zimbabue, delgadísima y enérgica, tiene una meta común a los artesanos de su región: la excelencia.

Retándose a sí misma, se reconvirtió hace unos años en «algacultora» y en una de las pioneras de la cultura bio de un sorprendente microalga viejo de tres mil quinientos años, de origen intertropical, increíble valor nutricional y bellísima cromática: la Spirulina, un negocio redondo para China que detiene la mitad de la producción mundial. Contiene más de sesenta elementos vitales diferentes y fundamentales para la salud humana: enunciar las múltiples virtudes de ese mega alimento, proteína vegetal natural que ya adornaba la noche de los tiempos se antoja infinito y para ciertos escepticos, utópico. Empero, al hilo del tiempo y de sus divulgadores, la diminuta alga que aparecía en aguas saturadas de sales minerales y se consumía hace siglos diariamente como suplemento alimenticio adicional por los concienciados Aztecas de la zona del Lago Texcoco bajo el nombre de «tecuitlatl«, empezó a conocer un merecido reconocimiento en Europa. En Francia la crían unos ciento cincuento apasionados. Ese verdiazulado filamento, de estructura morfológica en forma de espiral (de ahí su nombre) integra la tribu de las Cianobacterias. Apodado «optimizador fisiológico» por sus fans, aparte de ostentar valores anti anemia, anti alergia, anti fatiga, anti estress, anticolesterol, tiene virtudes tonificantes, una acción benéfica sobre el sistema inmunitario, las funciones hepáticas que desintoxica. Estimula el rendimiento, luce un poder antioxidante y todavía más cosas: es mano de santo para la piel, se inyecta en caso de malnutrición y resulta excelente para el pelo de las mascotas (peces, aves) y los caballos de carrera.

Su peculiar tonalidad se debe a la presencia de clorofila y de ficocianina. Seca, se despoja de su clorofila, por tanto de su cromática verde. El resultado es una nueva «piel» de azul profundo. Ese alimento encierra una mina de vitaminas (A, E, D, B1, B2, B3, B9, B12, K y betacaroteno), oligoelementos y minerales (calcio, hierro, zinc, magnesio, fósforo, sodio, potasio, selenio…), ácidos grasos (omega 6, ácido gamma-linolénico..). En cápsulas, gelulas o en ese caso en forma de espaghettis, la Spirulina se acondiciona en bolsitas de papel y la dosis ideal de consumo ronda los 5 gramos diarios, agregada en yogures, zumos, batidos y ensaladas.

Visitamos la explotación de Déborah, un sanctasanctórum acuático de 400m2 de cálidas y transparentes estufas. Agua, sales nutritivos, un pH específico, luz y calor -ahí el mercurio roza los cuarenta grados-, cariño, dedicación a mansalva y constante búsqueda de la perfección son la ecuación de forma de la Spirulina, pletórica de gusto en esos tanques de agua dulce cuya temperatura oscila entre 35 y 37º. La producción se desarrolla entre abril y octubre. A lo largo del día se remueve el agua y por la mañana, cuando la Spirulina asoma, se cosecha y después se procede a su transformación en el laboratorio. Nuestro agradecimiento a Déborah y al Oficio de Turismo del Béarn que permitieron la realización de ese reportaje.

Déborah Charlemagne, Ferme Jouanbayle, 506, Chemin Poublan – 64300 Argagnon – www.spirulineaquitaine.com
http://spirulineaquitaine.com/ES/index.php

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Autor

Marie José Martin Delic Karavelic

Marie José Martin Delic Karevelic, apasionada periodista culinaria autora del blog ‘Fogon’s Corner’ en Periodista Digital.

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