Es uno de los aperitivos favoritos de millones de personas en todo el mundo.
Son fáciles de preparar y se pueden congelar para cuando las necesites y freírlas directamente sin necesidad de descongelarlas.
Existen muchas variantes, pero las más populares son las de jamón, atún, queso, de pollo y bacalao.
Las opciones son amplias, pero no la forma de prepararlas, ya que seguirá siendo la misma pero con diferentes ingredientes.
La clave es hacer una buena bechamel, la base de todo.
Consejos:
Si quieres darles más sabor, puedes sustituir 200 ml de leche por 200 ml de caldo de pollo o carne casero, y la bechamel te quedará súper concentrada.
También puedes elaborar un sofrito de cebolla y ajo picados finamente al principio junto con la mantequilla, y al cabo de 5 minutos, ya puedes agregar la harina y seguir con el resto de pasos.
Debes recordar no dejar de remover la bechamel en el final del proceso, ya que si se pega en el fondo, te quedará con grumos o incluso puede quemarse y volverse oscura.
Uno de los mejores trucos para una bechamel perfecta es incorporar la harina con un colador.
También, echa leche caliente o del tiempo, pero nunca fría.
Puedes utilizar dos cucharillas para darles forma redondita, usar pinzas de helado, o incluso una manga pastelera de boca ancha para hacerlas como si fueran churros, y después ir cortándolas. Pero el mejor método es hacer las bolitas con las manos.
Puedes rebozar con pan rallado como es normal, pero actualmente podemos usar otros elementos que le dan un toque diferente. Por ejemplo, con frutos secos machacados o en crispies.
Ingredientes:
- 1 litro de leche.
- 150 gr de harina de trigo
- 150 gr de mantequilla.
- 150 de jamon serrano o ibérico
- Una pizca de nuez moscada.
- 200 gramos de pan rallado
- 3 huevos
- Una cebolla
- Aceite
- Sal y pimienta