La sardina es un pescado azul, pequeño, sabroso y además, y eso es importante, barato.
Las sardinas son ricas en Omega 3 y en vitaminas del complejo B, todas vitales para el buen funcionamiento de nuestro cerebro y de nuestro sistema nervioso.
No obstante, son también ricas en vitamina A y D, además de minerales como el sodio, fósforo, calcio, magnesio y hierro.
Dicho todo esto, el truco para que la sardina quede bien sabrosa es, primeramente que esté bien fresca. Y si la vas a hacer a la plancha, que tenga cierto tamaño.
Hay quien recomienda no quitarles ni las tripas. Nosotros optamos por dejarles cabeza, espina y escamas, pero destriparlas, para hacer más fácil la cosa a los comensales, sobre todo si no son todos gente recia y baqueteada como nosotros.
Importante no desescamar, para evitar que lo bueno se quede pegado a la chapa.
Hay quien sugiere cortar un poco la cola, porque se quema y queda muy negra, pero es una modernez inenecesaria:
Ingredientes (4 personas)
- 1 kg sardinas súper frescas
- Sal
- Perejil
- Ajos
- 1 limón
- Aceite de oliva virgen extra
PREPARACIÓN
- En un mortero ponemos los ajos pelados, algo de perejil, sal y cubrimos de aceite.
- Machacamos hasta dejarlo todo bastante triturado y reservaremos.
- Sobre la plancha ‘incandescente’, donde hemos salpicado unas gotas de aceite y poco más, echamos un puñadito de sal por toda la superficie y vamos colocando las sardinas.
- Dejaremos unos 4 minutos y damos la vuelta.
- Las ponemos en una fuente, una vez hechas todas.
- Vertemos por encima el majado de ajo y perejil, espolvorearemos con sal y damos un toque con unas gotas de limón.
Y a disfrutar.