Jane, harta de escuchar alaridos y de no follar porque el otro es muy «natural, se encara con Tarzan y le dice:
-«Oye tarzan las mujeres tenemos una cosa aquí, entre las piernqas, donde los machos tienen que tienen que introducir lo que llevan entre las piernas».
-«¿Y eso?»
-«Es como si yo fuera una lavadora y tu la ropa sucia».
-«Pues muy bien»
Tarzán se pone en faena y le coge gusto. Un día si y el otro y el otro y así hasta que Jane harta se cabrea y le dice aque pare un poco.
Al cabo de una semana Jane le dice a Tarzán que quizá sea ya hora de volver a meter su ropa sucia en su lavadora, a lo que el Hombre Mono responde:
-«No preocuparse, Tarzán ya aprendió a lavar a mano».