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El humor político es, y siempre ha sido, un arte. Un arte de compromiso político y social.
Eso dice la teoría ‘políticamente correcta’.
En realidad, el humorista que opta por esa línea trata de sacar a la luz los actos de corrupción e hipocresía que tanto temen los políticos, pero siempre con un toque de humor.
Con gracia, para que no sea un golpe muy duro y no parezca un insulto.
Y de los chavistas, sus cómplices en España, va el chiste de hoy:
MUSEO
- Un turista alemán, un italiano y un venezolano se encuentran en el Museo del Prado de Madrid, frente al cuadro “Adán y Eva” de Alberto Durero.
– Miren qué calma, qué equilibrio, qué dulzura, -dice el alemán- seguro que eran alemanes.
– Ni hablar -interrumpe el italiano- la escena derrocha sensualidad y romanticismo, eran italianos.
– No lo creo, señores -tercia el turista venezolano, después de un incómodo silencio-, mírenlos bien, están desnudos, sin casa ni cobijo, sólo tienen una manzana para comer y Pablo Iglesias, Monedero y Errejón les dicen que eso es el paraíso. Sin duda, eran venezolanos.