Aunque diferentes estudios han demostrado que hombres y mujeres no coinciden siempre en la hora preferida para hacer el amor –las hormonas sexuales de ellos se disparan temprano mientras que las de ellas esperan a que caiga la noche–, el comúnmente denominado como ‘polvo rápido’, también conocido como ‘kiki’ o ‘aquí te pillo, aquí te mato’- tiene tal cantidad de beneficios que quizás debería recomendarse más por los expertos.
Y perder ya esa inmerecida fama de sexo de segunda que le acompaña.
AUTO STOP
- Esto es una monjita que va hacia Sevilla y a mitad del camino se le estropea el Renault 4L.
Se pone a hacer auto-stop y para un camión que también va a Sevilla y la lleva.
Una vez dentro, la monjita se fija en el conductor y piensa: «Este tipo no esta nada mal».
Total, que empieza a lanzarle miradas insinuantes.
El camionero, que no es de piedra y anda cachondo, entra en juego y al cabo de un rato detiene el vehículo en el arcén y se va con la monjita detrás de unos matojos, a echar un kiki.
El tipo se esmera y cuando terminan, los dos muy sudorosos, vuelven a la cabina y se ponen de nuevo en marcha.
La monjita, pasado el sofoco, comenta con gesto tímido:
– Cuando llegue a Sevilla y le diga a la madre superiora que he echado tres polvos con un camionero se le va a poner una cara…
El camionero la mira extrañado y le dice:
– Pero, hermana, si solo hemos echado uno.
– Si, pero no me dirá que de aquí a Sevilla no van a caer otros dos.