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Jamás poner excusas ni crear falsas expectativas del tipo “este chiste es muy bueno”, “os vais a morir de la risa”, y mucho menos, porque eso es pecado mortal, decir: “soy muy malo contando chistes”.
En los chistes, como en la vida, las excusas no valen.
EL TELÉFONO MÓVIL
- El pringado va un día a la tienda de móviles y se compra un iPhone. Al día siguiente vuelve y dice:
– Oiga, cámbieme el móvil que está roto.
– ¿Y cómo es eso, señor?
– Pues oiga que puse el modo avión y no vuela…
EGOISTA
- – A mí me gustaría vivir en una isla desierta.
- – A mí también.
- – ¡Ya empezamos a llenarla, eh!