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Hay mucha gente y con razón a la que espantan las películas de terror.
Pero también hay grandes aficionados a ese genero, que disfrutan pasando miedo.
Sobre este tema, aunque no lo creáis, con protagonistas como los fantasmas, Drácula y Frankenstein hay abundancia de chistes que pueden hacernos también reír a carcajadas.
O daros un repelús de espanto y la prueba es esta selección:
Uno de vampiros
- Un vampiro con la boca ensangrentada le pregunta a otro:
– ¿Dónde encontraste esa sangre tan apetecible?
– ¿Ves ese muro de hormigón que está allí?
– ¡¡Sí!!
– ¡Qué bien! Pues yo no lo vi.
Entra Drácula a la panadería
- – ¿Me da dos cruasanes?
– Pero, ¿usted no es Drácula?
– Sí.
– Pero, ¿no es verdad que usted solo bebe sangre?
– Efectivamente, señor. Fuera ha habido un accidente y me apetece mucho un cruasán relleno.
A las puertas de la muerte
- Va Jaimito por la calle, cuando, de repente, se encuentra a su amigo. Este le dice:
-¡Hombre, Jaimito! ¿Cómo va todo?
-Uff. He estado a las puertas de la muerte.
-¿¡Pero cómo es eso, Jaimito!? ¿Qué ha pasado?
-Que vengo del cementerio.
Pobre monstruo
- ¡Estoy hecho trizas!
Firmado: Frankenstein.
Dos vampiros se cruzan volando
- – ¿Cómo te llamas?
– Vampi.
– ¿Vampi qué?
– Vampi Rito. ¿Y tú?
– Otto.
– ¿Otto qué?
– Otto Vampirito
Como cualquier madre
- Estaba una familia de vampiros en la mesa almorzando cuando el hijo pregunta:
– Mamá, ¿puedo ir al servicio?
-Sí, pero no tardes que se te coagula la comida.
Gajes del oficio
- El Conde Drácula trabaja para reparar su ataúd y grita:
– ¡Vladimir!
– ¿Sí, Conde?
– Pásame el destornillador.
– Aquí tiene, señor.– ¡Noooo! ¡El de cruz no!
Cuestiones de familia
- Cierto día se encuentran Batman y Drácula en una exposición sobre la Luna.
Drácula se queda mirando a Batman fijamente, hasta que Batman, incómodo, le pregunta:
– ¿Le pasa algo, Conde? ¿Necesita algo de mí?
Drácula le mira con más intensidad aún y le dice:
– Batman, dime la verdad, ¿no seremos primos?
Me llaman «bruja»
- -Mamá, mamá, en el cole me llaman bruja.
-¡Pero bueno! ¿Y tú que les dices, hija?
-Nada. Les convierto en sapos a todos.
Recién lavado
- ¿Por qué los fantasmas nunca hacen la colada?
Porque corren el peligro de meter en la lavadora a sus parientes.