Hoy nos trasladamos hasta «El Bacaro de Fabio Gasparini», uno de los restaurantes italianos más auténticos que acaba de aterrizar en la capital, justo en la zona de Chamberí.
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Si, digo auténtico porque Fabio Gasparini pretende trasladarte a la mismísima Venecia a través de su Bacaro. Y os preguntaréis, ¿qué es un bacaro?. Pues una una tasca típica de Venecia, donde además de comer o cenar, puedes elegir uno de los muchos tipos de vinos o aperitivos que tienen y acompañarlo con un ‘cicchetti’, una especie de versión veneciana de nuestras tapas españolas. Apetecible, ¿a que si?.
El local
El Bacaro de Fabio Gasparini es un local pequeño pero moderno, sencillo y acogedor. Cuenta con una barra perfecta para los incondicionales del aperitivo o del cicchetti y una salita con mesas bajas de madera. También cuenta con una mesa ‘VIP’ para 8 personas desde la que se ve todo lo que ocurre en la barra. El restaurante tiene capacidad para 26 personas.
Experiencia Gastro
El Bacaro de Fabio Gasparini destaca por sus recetas caseras típicas y artesanas pero sobre todo, genuinas creadas por Fabio, cocinero especializado en su gastronomía nativa que lleva 12 años en España haciendo como nadie gala de lo suyo.
No os creáis que su oferta gastronómica se centra sólo en los “cicchetti”. Lo mejor es comenzar con unas “Sardinas en Saor”, una delicia típica de Venecia que merece la pena descubrir. El “Saor” o sabor, es un método de conservación que usaban los pescadores venecianos durante el siglo XII. Es parecido al escabeche pero tiene un “saor” más agridulce.
Ahora que las pinsas empiezan a ponerse de moda, Bacaro no podía quedarse atrás y las hace deliciosas. Las pinsas están a caballo entre una pizza y una focaccia. Se hacen de manera artesanal con masa madre, una mezcla de harinas de maíz, arroz y trigo, aceite de oliva y una fermentación de hasta 72 horas. El resultado: una base ovalada, muy ligera y crujiente mucho más digestiva que una pizza. Nosotras probamos “La picante de El Bacaro” con sobrasada, guindilla y mortadela picante… ¡Riquísima!.
Lo que si tengo que destacar sobremanera es una de sus pastas: la “Carbonara originale” con yema de huevo, queso pecorino y guanchale… Un plato digno de ser probado.
Os recomiendo que dejéis un hueco para el postre porque la Pannacotta con miel de trufa o Tiramisú casero son una auténtica delicia.
Sorprende también su cuidada selección de vinos italianos -más de 30-, un tercio de ellos disponibles por copas. Y como de clásicos va la cosa, también tienen varios vermuts autóctonos y preparan Aperol Spritz, Negroni y Bellini, los cócteles venecianos por excelencia. Para la gente del barrio y para cualquiera que pasee por el céntrico barrio, cuentan con un menú del día por 12 € en el que además de una tosta de aperitivo, se puede elegir cualquier pinsa o pasta de la carta.
Restaurantes italianos hay muchos pero tan auténticos como Bacaro, difícil… Non puoi perderlo di vista… vorrai tornare!
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