Uñas locas para todas

Uñas locas para todas

Las mujeres atrevidas están cambiando la conservadora manicura a la francesa por estilos más ornamentados y coloridos que han puesto al arte de pintar las uñas en el mapa de los mejores negocios de Nueva York. Incrustaciones de perlas de fantasía, pétalos de flores, rayas, puntos, estampados de leopardo y hasta calcomanías con la cara de Elvis Presley o el símbolo del dólar aplicadas sobre uñas de acrílico extralargas son el último alarido del llamado nail art.

En Estados Unidos, el boom de decorar excesivamente las uñas se refleja no sólo en la proliferación de salones especializados, o nail salons, también en concursos que están llevando los diseños más arriesgados a museos y centros de arte contemporáneo.

Esta semana abrió en el Centro de Arte Contemporáneo de Atlanta la exposición Fresh Style at Your Fingertips, que muestra la creación de estas obras de arte sobre lienzos minúsculos.

Los diseños expuestos, cinco en total, son los ganadores de un concurso en el que participaron artistas de la manicura de la Unión Americana, y se mostrarán en la galería DiverseWorks (Texas), El Museo del Barrio (Nueva York) y el Miami Light Project entre julio y septiembre próximos.

Cada artista ganador recibe una beca de mil dólares para continuar perfeccionando su habilidad y cultivando su pasión por ese fenómeno en crecimiento.

Como parte del evento, los visitantes podrán recibir una manicura artística de la mano de artistas locales, llevándose así a casa una “pieza de museo” y un trozo de la nueva estética urbana.

Sean naturales, de acrílico o gel, las uñas se han convertido en el soporte expresivo del estilo de los profesionales de la manicura y en un accesorio de moda en el que muchas mujeres vierten rasgos de su personalidad.

Los diseños más irreverentes pintados a mano pueden encontrarse en salones como Polish, en Brooklyn.

Su dueña, Erika Kirkland, que define esta tendencia como “arte que se puede llevar puesto”, recordó en una entrevista con el diario Daily News que el furor se desató en los años ochenta, cuando algunas mujeres, para Navidad, llegaron a estampar el nacimiento en sus uñas.

El Niño Jesús iba en el pulgar”, recuerda la manicurista, que puede pasar hasta dos horas con una clienta, adhiriéndole a sus uñas motivos como su número de teléfono o sus iniciales.

En este salón, los precios varían de 75 a 175 dólares, dependiendo de lo complicado del diseño.

Otro salón, Dashing Divas, en Manhattan, hace por 25 dólares la manicura de “uñas virtuales”, descritas como “la última tecnología en uñas artificiales” por ser más naturales, duraderas y económicas que las de acrílico.

Los diseños van desde las recreaciones de pinturas de Piet Mondrian hasta el monograma de Louis Vuitton.

En Staten Island, uno de los cinco condados de Nueva York, se encuentra el salón Rhapsody Nails, cuya principal atracción es la ImagiNails, una computadora cargada con más de mil diseños que quedan estampados en cada uña en sólo 42 segundos y por un precio de tres dólares.

Nueva York • Alejandra Villasmil/EFE

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