(PD).- En la ciudad en la que hace casi 150 años el perfecto Haussmann hizo derribar 20.000 viviendas para crear ejes claros ocupados por bulevares lujosos, la linealidad es algo que se aprecia. Trasladado a la actualidad y a los desfiles de prêt-ò-porter para la primavera/verano 2007, ello se traduce en experimentos arquitectónicos, pinzas y costuras horizontales y verticales por todas partes.
Como esta tendencia se conjuga muy bien con el revival del futurismo geométrico de los años 60, se toman además otros dos elementos de esa época: la minifalda y el vestido en forma de trapecio.
Karl Lagerfeld, que mostró esta mañana su colección para Chanel, parece haber apostado por lo sexy. Las minifaldas son mínimas y los shorts recubiertos de lentejuelas y combinados con chaquetas de tweed en diferentes colores y estampados no son más largos que slips. Pero, debido a su corte muy preciso, en ninguno de los casos estas prendas aparecían como vulgares, según cuentan en ABC.
Siempre vaquero
Los ribetes dorados y los finos plisados sirven en esta armónica colección -con numerosos vestidos encantadores- como elementos estructurales. Pero incluso los pocos pantalones -vaqueros en gris plateado- se convertirán probablemente en una prenda clave de la próxima temporada.
Las piernas de las modelos, subidas sobre altísimas sandalias de plataforma, aparecían aún más largas de lo habitual en sus cortos vestidos, shorts y refinados trajes de baño.
Omazic experimenta una y otra vez con las transparencias, como con un vestido bajo el cual se ve una prenda de red. En los colores, el blanco, negro y los tonos suaves de beige y gris forman la base, con un par de acentos en plata o rojo.
