(PD/Agencia EFE).- Los políticos españoles dan la talla a la hora de vestir, según los jóvenes diseñadores nacionales, aunque, en general, no se apartan demasiado de los cánones clásicos ni se atreven con modelos «rompedores».
Los creadores coinciden en que los políticos visten «correctamente», pero ninguno ha entrado en las listas internacionales de los mejor vestidos, en las que sí está ya el presidente francés, Nicolas Sarkozy, elegido este año uno de los más elegantes.
Entre las féminas, los diseñadores eligen a la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández De la Vega, que opta por los rosas, lilas y naranjas con una estética personal que «encanta» a los creadores de Luxoir -Víctor y Antoine- porque «transmite optimismo y seguridad», y a Ismael Alcaina (Spastor), quien subraya que «va siempre muy conjuntada», maquillaje incluido.
Destacan también a la ex ministra de Cultura Carmen Calvo, que se atreve con diseños rompedores, como el modelo de Ágatha Ruiz de la Prada de tonos fucsias y llamativos lazos que vistió en los premios Goya del año pasado, o el de la entrega de los premios Max de teatro con los colores de la bandera republicana.
Calvo, en un intento de promocionar la alta costura nacional, asegura vestirse de diseñadores españoles «por orden alfabético para no discriminar», aunque también es conocida su afición por las chaquetas de cuero, compartida por Isabel Tocino, Elena Salgado o Trinidad Jiménez.
También se arriesga en ocasiones puntuales la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien aunque afirma que Zara es su «templo de la moda», ha llegado a lucir una falda de Ágatha Ruiz de la Prada simbolizando la bandera madrileña o un vestido de chulapa con los colores del PP.
Un toque «más moderno» le confiere al Ejecutivo la recién llegada Carme Chacón, que es también la ministra más joven, lo que se ve reflejado en su forma de vestir, «que sigue siendo elegante», como afirman desde el Instituto de la Moda de Cataluña, donde son más críticos con sus representantes regionales.
Entre los catalanes gustan más los trajes combinados con camisas y corbatas oscuras, aunque no falta quien se decanta por tonos más llamativos, como el diputado de ERC Joan Herrera, cuyas camisas naranjas y verdes son de sobra conocidas en el hemiciclo.
Sin embargo, en el sector masculino de la política nacional se observan menos cambios y la mayoría recurre al traje «casi siempre oscuro», como apuntan los integrantes de Luxoir, ya que «el poder es conservador» y en los armarios de las autoridades «el color sigue siendo bastante limitado».
Es el caso del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien «cuida mucho su estilo» en opinión del diseñador bilbaíno Ion Fiz, pero al que se podría sacar «mucho más partido», según Ismael Alcaina, si se reinterpretaran sus trajes, normalmente oscuros y de corte clásico.
La estética de Zapatero es muy similar a la que luce el líder de la oposición, Mariano Rajoy, quien es «un poco más valiente» que el resto de políticos a la hora de vestirse, en opinión del sastre Luis Manso, que considera que todos se visten para «pasar inadvertidos» y prestan atención a que los detalles estampados estén bien definidos «para que se vean bien en la televisión».
Los jóvenes creadores no revelan sus favoritos entre los políticos, pero insinúan que los trajes sientan «a unos mejor que a otros», aunque siguiendo el criterio del Club de Sastres -que viste, entre otros, al Príncipe y a Zapatero-, los «pinceles» serían Manuel Marín y Eduardo Zaplana.
De todas formas, no faltan propuestas como la de Alcaina, quien les aconseja «ponerse al día» y reciclar «esas americanas con hombros anchísimos», o la de Fiz, que propone «dar un poco la vuelta al sistema».
