(PD/EFE).- Un simple anillo unisex con base de plata y recubierto con una capa de color turquesa, creado por el empresario sueco Johan Wahlbäck, se ha convertido en un símbolo de soltería que lucen con orgullo cerca de 130.000 personas en más de una veintena de países.
«Singelringen» («el anillo de soltero» en sueco) surgió cuando Wahlbäck y un amigo discutían sobre las dificultades de identificar en una gran ciudad a los solteros, que a diferencia de los casados no poseían ningún distintivo que los reconociera.
El emprendedor sueco, de 37 años, creó una página web (www.singelringen.com) y a través de ella empezó a vender el anillo sólo en Escandinavia en abril de 2005.
Casi 3 años después, la web está traducida a media docena de idiomas (incluido el chino) y su «singelring» ha desembarcado en países como Alemania, Francia, Gran Bretaña, Japón, Brasil, México, China, España, Australia y Ecuador.
El anillo, que se debe lucir preferentemente en la mano derecha, no es sólo el reflejo de un estado civil, sino de un «estilo de vida», del deseo de disfrutar de esa condición y de ser un «soltero orgulloso y atractivo», como explica el ideario elaborado por la compañía.
Se trata de «quererse a sí mismo y a su propia vida», como resumió en una entrevista reciente con un medio sueco su inventor, quien asegura incluso que en los países asiáticos es usado por las mujeres como un símbolo de liberación femenina.
Por 39 euros se puede comprar en internet el anillo, que viene acompañado por la inscripción «made in Sweden» (hecho en Suecia) y un número de serie que sirve como clave para entrar en la comunidad global «singelring», un foro que permite contactar en la red con otros solteros.
Y para convencer a los indecisos se recurre a fotos de personajes de la farándula que ya han lucido el adorno, como la modelo británica Naomi Campbell, las actrices Juliette Lewis, Ivana Baquero y Erica González, y el actor mexicano-estadounidense Mario López.
«Los solteros como grupo son de los más homogéneos en el mercado, son curiosos, volubles y les gusta conocer a gente», ha declarado el empresario sueco, para ayudar a comprender el fenómeno.
Pese a su juventud, Wahlbäck se ha forjado una amplia y exitosa carrera empresarial en su país de origen, al que regresó de adolescente tras vivir varios años en Estados Unidos y en Inglaterra.
Echando mano de su propia experiencia, a los 15 años decidió exportar dulces típicos de su país a familias suecas residentes en el extranjero.
De ahí saltó al turismo de invierno y las tiendas de deportes, hasta llegar a su primer gran éxito: recuperar para el público las antiguas bicicletas Kronan, usadas por el ejército sueco en la década de los 40 y conocidas por su solidez y fiabilidad.
En poco tiempo agotó todos los viejos modelos y empezó a producir imitaciones, que ahora se exportan a países como Holanda o Inglaterra.
Pero mayor ha sido aún la proyección del «singelring», al que en Suecia han seguido páginas web locales de ligue.
Wahlbäck ha ampliado el negocio con la venta de complementos como accesorios para teléfonos móviles y collares, así como correas para perros con el distintivo, en el caso de que los solteros prefieran alardear de su condición de una forma más discreta.
