Milán, entre la rabieta de Dolce Gabbana y el ‘nacionalismo’ de Armani

Milán, entre la rabieta de Dolce Gabbana y el 'nacionalismo' de Armani


(PD/EFE).- La semana de la moda femenina de Milán para la próxima temporada otoño-invierno ya ha arrancado y lo ha hecho con la polémica lanzada por los diseñadores italianos Dolce & Gabbana, que calificaron de «payasada» la manera de organizar los desfiles. «Es un circo sin sentido, donde se sacrifica a los diseñadores importantes, los jóvenes no crecen y basta pagar para poder desfilar», explicaron en una entrevista publicada este fin de semana por el diario Corriere della Sera Domenico Dolce y Stefano Gabbana.

La pareja de diseñadores calificaron de «payasada» la organización de la Semana de la moda, donde se celebran desfiles cada 45 minutos, y en diferentes partes de la ciudad, lo que obliga a «correr de una parte a otra de Milán» para no perderse los eventos.

Al margen de la polémica, las primeras colecciones ya se han dejado ver, hasta el punto de que dos de los más famosos diseñadores italianos ya las han presentado. Se trata de Armani y Cavalli, que presentaron sus marcas Emporio Armani –que propuso como ejemplo la mujer milanesa, llena de glamour– y Just Cavalli, que mostró su lado más salvaje.

Just Cavalli llevó a las pasarelas minivestidos trapecio con animales estampados, como garzas reales o las anémonas marinas, acompañados con medias que repetían el mismo diseño. La moda juvenil de Cavalli no renuncia a sus conocidos y salvajes estampados con efecto de la mancha del leopardo, que se llevan en amplias y ligeras túnicas, e incluso también en las medias.

Los complementos como los pendientes o collares, son exagerados y largos, realizados con todo tipo de materiales: oros, maderas y piedras preciosas, y las bufandas larguísimas. Just Cavalli propone también para el próximo otoño la pamela de los años 60, de diferentes colores y llevada con cualquier prenda y en cualquier ocasión.

Cavalli también presentó para sus jóvenes, vestidos de lana, muy cortos y ajustados, con bandas tricolores de tonos ocres y tierra; y otros con enormes mangas globos.

La mujer milanesa de Armani

Armani quiso demostrar con su colección para su línea joven que existe un «estilo milanés»: una mujer llena de glamour, que prefiere la elegancia de las formas rectas y limpias y la discreción del blanco y negro, y del gris. Por ello, Emporio Armani mostró una colección con trajes chaqueta de raya diplomática o príncipe de galas; capas de lana en blanco o negro, y siempre con el tradicional zapato bajo.

Los trajes pantalón son cómodos y amplios, con chaquetas toreras que se detienen en la cintura, o que prosiguen marcándola exageradamente. Y cuando se quiere sorprender, Emporio Armani propone los brillos y lentejuelas en chaquetas, vestidos, bolsos y elegantes boinas. El único color permitido es el fucsia, presente en algunas camisas y cinturones.

En el resto de las colecciones, Frankie Morello presentó sus «chicas malas» inspiradas en la cantante británica Amy Winehouse, seducidas por los estupefacientes, como se lee en las frases provocadoras bordadas en las camisetas y que hacen referencias a las drogas del momento.

Morello rescata las minifaldas con volantes, adorna a sus mujeres con plumas, con largos guantes rojos, y gigantescos lazos, en vez de las tradicionales bufandas.

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