Madonna, Jessica Alba, Mariah Carey, Sylvester Stallone y Paris Hilton, entre muchas otras celebridades, forman parte de la larga lista de clientes del diseñador francés Christian Audigier, creador de la firma Ed Hardy, una de las más poderosas en Estados Unidos.
Originario de Avignon, Francia, el modisto tiene 49 años y es considerado un “maestro de la moda chic de calle”. Llegó a Estados Unidos en 2000 y comenzó a erigir un imperio de lo que él llama simple y llanamente “trapos”.
El francés inició su negocio hace más de un lustro con la firma Von Dutch y ahora una de sus camisetas Ed Hardy más baratas cuesta 180 dólares.
“No hago alta costura, pero lo que vendo tiene el precio de la alta costura. Nadie lleva prendas de pasarela. Los ‘trapos’ son los ‘trapos’”, aseguró al creativo en una entrevista a la AFP.
La suerte está de su lado
Gracias a un golpe de suerte sus diseños cobraron notoriedad: le regaló una gorra a Justin Timberlake en un club nocturno y tres semanas después, el cantante anunció su separación de Britney Spears; el músico llevaba puesta esa gorra en la revista en la que se publicó, la cual tuvo una circulación de más de 3 millones de ejemplares.
La clave de su éxito es que sus diseños son casuales, irreverentes y tienen mucho colorido; tanto, que no es raro ver letras doradas en sus prendas deportivas.
La propuesta, según sus palabras, responde a las necesidades de la farándula: “Una multitud de gente que tiene ganas de vestirse de manera más divertida”.
Negocio mundial
Actualmente, Audigier es dueño de marcas como Ed Hardy, Christian Audigier, Crystal Rock, Smet y Paco Chicano. En 2007 sus diseños se vendieron en 72 países y se calcula que logró ganancias por 115 millones de dólares.
Uno de sus planes próximos es abrir una boutique en una de las zonas más exclusivas de París: Saint-Germain-des-Prés y convertirse en profeta en su tierra.
