Si comprar ropa de una talla más grande que la normal te deja de mal humor, no eres el único. Una encuesta australiana revela que un tercio de los clientes encuentra el proceso frustrante y razón suficiente para gastar más en su vestuario.
La encuesta, realizada por una de las mayores cadenas de sastrerías y arreglos del país, LookSmart Alterations, mostró también que a pesar de que el 64 por ciento de los encuestados tenía diferentes tallas en su armario, muy pocos – sólo el 14 por ciento – sabían cómo se mide y se fabrica la ropa.
«La gente presta más atención a la etiqueta de la talla que a la etiqueta del precio, y se siente mal cuando no encuentran su talla habitual», dijo en un comunicado Abraham Hatoum, director de gestión de LookSmart Alterations.
Casi el 60 por ciento de los encuestados dijeron que comprarían una prenda que les gustara en una talla mayor a la suya, pero casi el 33 por ciento añadió que les haría sentirse frustrados, gordos o deprimidos.
Además, cerca del 40 por ciento dijo que evitaría una marca si sus tallas fueran más pequeñas de lo normal.
Sin embargo, sólo el 13 por ciento se mostró dispuesto a intentar apretarse en su talla habitual para evitar comprar una más grande, si bien casi el 50 por ciento indicó que optaría por prendas de tiendas más caras si fueran de su talla habitual.
Unas 2.000 personas tomaron parte en el estudio, rellenando formularios en las tiendas de la cadena de sastrería en todo el país.
Jo Kellick, director ejecutivo del Consejo Australiano del Sector Textil y de Moda, apuntó que la confusión de tallas se debe a la falta de un patrón nacional.
«La gente debería buscar el tamaño perfecto, no la talla perfecta, y moverse con cualquier prenda para asegurar que favorece la forma de su cuerpo«, dijo Kellock en un comunicado.
«Sin embargo, tener un patrón de tallaje adecuado basado en datos científicos permitirá a los diseñadores tener las mismas tallas y asegurar que el consumidor se siente bien sobre su experiencia en la moda», añadió.
