El diseñador Miguel Palacio presentó ayer por la tarde en la Madrid Cibeles Fashion Week sus propuestas para la temporada Primavera-Verano 2009, que invitan a la mujer a desafiar la noche para escapar de la realidad cotidiana.
Este reto se acomete de manera sutil en los primeros diseños de la colección, basada en los vestidos. La sensualidad está siempre presente a través de prendas sin mangas o de escotes palabra de honor, pero las telas rígidas y el color gris se adueña de ellas transmitiendo sobriedad y recato, que se consigue también con la utilización de pequeños paisajes ornamentales.
Esta timidez inicial se va rompiendo progresivamente con grandes lazos, que llegan a ser gigantes e incluso aparatosos en los últimos diseños presentados sobre la pasarela; también con pequeños toques de pedrería y con diferentes largos de falda, desde la mini hasta cortes que caen hasta los pies. Se da paso entonces a unos diseños más vaporosos y llamativos, en los que Palacio se adueña del azul cielo intenso y de los lilas, si bien vuelve en momentos iniciales a la discrección de mano del color berenjena.
El contraste en el conjunto lo otorgan los zapatos, de color morado normalmente, aparatosos y de elevados tacones, inspirados en las sandalias romanas; y los cinturones, anchos y que se colocan en la cintura. Las telas violetas se complementan con cinturones azules y las grises con dorados, logrando así un toque atrevido.
La modernidad la ponen los vestidos de pantalón bombacho, cuyo largo se queda en la rodilla o se alarga hasta los tobillos. Para las más jóvenes, los pantalones negros largos, casi de pitillo, conjuntados con un top camisero o con chaleco y camisa es el look más adecuado para las noches de evasión. El negro convive con el beige, que se perfila como el color estrella de la nueva temporada.
