Sus pantalones bumsters, que dejaban las nalgas al aire, se convirtieron a mediados de los noventa en su seña de identidad
La alfombra roja no volverá a ser lo mismo. Tendrá que prescindir de las creaciones de Alexander McQueen que le ha dicho adiós a la vida en unas trágicas circunstancias.
Alexander McQueen se suicidó en su casa de Londres. No se sabe cómo. Nadie ha querido preguntar aunque el diario The Sun publica que se ahorcó.
La empresa ha emitido un comunicado en su página web en el que presta su apoyo a la familia y añade que no es el momento más oportuno para comentar la noticia.
LLEVAR LOS PANTALONES, LOS BUMSTERS
Su muerte ha sido repentina, rara, excéntrica, como también lo fueron su éxito temprano y sus colecciones. Se formó en la sastrería clásica de Saville Row, y siempre destacó en el dominio de la técnica de las estructuras.
No obstante, su trampolín al éxito fue el gozo de lo estrafalario. Sus pantalones bumsters, que dejaban las nalgas al aire, se convirtieron a mediados de los noventa en su seña de identidad.
Combinaba estilos imposibles que lo mismo servían para la realeza, que para llamativas galas del artisteo. Con el tiempo se hizo con un nombre y un apodo, ‘el hooligan de la moda’.
SUS COMIENZOS
El menor de seis hermanos de una familia de clase trabajadora, Lee Alexander McQueen empezó en ropajes para el teatro a los 16 años, aunque más tarde se enroló en la prestigiosa Central Saint Martin’s. Su colección de graduación ya atrajo los focos de todo el quién es quién en la moda londinense.
Isabella Blow, excéntrica editora e icono de estilo británica, quedó fascinada y adquirió todas las piezas de la colección. A partir de ese momento, Blow fue determinante en la carrera de McQueen.
Ella le instó a adoptar «Alexander» como nombre, apartando el «Lee» familiar y fue instrumental en el fichaje del diseñador por Givenchy en 1996 y en la compra de la marca de McQueen por parte del grupo Gucci.
Blowse suicidó en 2007 y en algunos círculos se acusó a McQueen de haber dejado de lado a su benefactora. Varios amigos del diseñador mencionaron ayer la muerte de Blow como algo que seguía obsesionando a McQueen.
FALLECIMIENTO DE SU MADRE
La madre del diseñador también falleció el pasado 3 de febrero. La reacción de McQueen en Twitter sorprendió: colgó un mensaje en el que se leía «¡La vida debe continuar!».
En menos de un mes, McQueen debería haber mostrado su colección para mujer en las pasarelas de París. Ayer mismo tenía pendiente una presentación de su segunda línea, McQ, en Nueva York.