El verano retorna a los 60 y se llena de puntillas, cuadros y estampados

El verano retorna a los 60 y se llena de puntillas, cuadros y estampados

Una modelo luce una creación de la diseñadora la María Escoté durante la segunda jordada de Cibeles Madrid Fashion Week. EFE

EFE/Archivo

Mucho cuadro se ha podido ver en las colecciones que han presentado hoy los diseñadores consagrados en Cibeles, en una jornada en la que han coincidido en un retorno a los 60 californianos, de Capri o de Cannes, con prendas ajustadas y de corte muy lencero.

La piel es la auténtica protagonista de la colección primavera-verano de la catalana Teresa Helbig, aunque la diseñadora se las ha ingeniado para suavizar la dureza del cuero con exquisitas combinaciones como las puntillas de «valenciennes» en delicados vestidos, shorts y blusas.

Los abrigos de verano, las faldas con el talle a la cintura y los tops de piel son las prendas estrella de la catalana, que ha diseñado para este verano una colección con una paleta de colores muy básica en la que destacan el blanco, el marfil, toques de azul marino, crudo y color cuero.

Nicolás Vaudelet se ha inspirado para El Caballo en el mito gaditano de San Fernando, Camarón, en la silueta calé a la que da forma con trajes sastre de hombre con patrones entallados, chaquetas cruzadas o rectas, y pantalones con pinzas y cargo de tiro bajo.

Los monos, petos, shorts, faldas de volantes y vestidos con terminaciones de cuero se combinan con camisas almidonadas y muchos tejidos masculinos como el príncipe de Gales, el cuadro o la raya diplomática en pantalones, americanas y petos.

No obstante, también encuentran su sitio en la colección otros tejidos como el voile de algodón, el popelín, el denim, los encajes, o el ganchillo, más adecuados para la temporada veraniega que la cazadora confeccionada con plumas de pavo real, faisán, gallo y avestruz.

«Lepidóptera» ha denominado su última colección la cordobesa Juana Martín, inspirada en el Capri de principios de los 60, en la que se aleja definitivamente de la marca de la casa: los volantes, con una línea de baño en rosas y violetas de cinturas bien marcadas y vestidos de grandes volúmenes.

La diseñadora utiliza la seda natural con estampaciones de mariposas para blusas, vestidos y monos, y los tejidos tecnológicos para vestidos que adorna con aros, pailletes, grandes lazos y flores.

La colección de baño de Dolores Cortés une el pasado con el futuro, lo tribal con lo tecnológico, con biquinis, triquinis y bañadores llenos de estampaciones tratadas digitalmente en las que se mezclan máscaras africanas con colores espaciales.

La empresaria y creadora indicó a Efe que el treinta por ciento de la colección que hoy se ha visto en pasarela se comercializará, y resaltó de la misma el contraste entre los tejidos lisos con el colorido de los estampados.

Guillermina Baeza se inspira en el Cannes de los 60 en «Chercher la femme», una colección que recupera el espíritu del baño francés de la época con el blanco y negro como colores principales con toques de morado, verde y coral.

Los cuadros, los volantes y las puntillas dan forma a biquinis, bañadores y culottes en algodón, lycra, popelín y la organza, en una colección que, según su diseñadora, «huye de los triángulos» para los biquinis y apuesta por el aro tipo balconé y el palabra de honor, y que destierra una prenda de que la firma fue precursora: el triquini.

Antonio Alvarado, que forma parte de la Pasarela Cibeles desde su primera edición, en 1984, afronta siempre sus colecciones partiendo de un trozo de tela virgen, por eso ha llamado a la actual «Virgins», en la que hace una revisión de la prenda única.

Carlos Díez, que hoy ha cerrado la primera jornada de los diseñadores consagrados, se ha desquitado con «Calipso» de su gusto por la bandera americana y las clásicas condecoraciones militares, llevándolas a infinidad de prendas de la colección.

Cordones de blusas, pantalones, bodys lenceros unisex y vestidos se adornan con el emblema norteamericano, con la intención, según el diseñador, de «llevar el lujo a lo deportivo», mientras que otra línea se decanta por estampaciones tropicales, con telas traídas de la República Dominica tras un reciente diseño de Díez a este país centroamericano.

Por la mañana se pusieron ver diseños románticos de la valenciana Elisa Palomino, con un toque muy «vintage»; una colección muy urbana y suave de Ion Fiz, en la que priman las líneas rectas, y otra eminentemente luminosa presentada por Elena Martín, inspirada en la frescura de la California de los 50.

María Escoté ha jugado al contraste, con prendas de cuero y tejidos estampados con reminiscencias religiosas, mientras que María Barros ha mostrado su colección más personal, llena de tules, lycras transparentes y tejidos brillantes.

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