Diseñar es sucumbir a la belleza
Es una de las voces autorizadas de la moda española. No en vano lleva más de cuarenta años en el oficio desde que abriera su primera tienda. Ha construido un imperio de moda -con más de 600 shops en todo el mundo-, basado en una empresa familiar. Ha sido el primer diseñador en lanzar un perfume homónimo. Ha sido la primera casa de moda de España en salir a Bolsa. B GLAM habla con el creador-empresario gallero del titánico esfuerzo por levantar una firma de moda, del sucumbir a la belleza que proporciona la moda y de las curvas en las siluetas femeninas.
– Más de 40 años al frente de la industria textil y todo empezó en el taller de sastrería de sus padres. Parece un cuento de hadas con final feliz. Pero, ¿Lo ha sido realmente?
– Ni hay cuentos de hadas cuando te despiertas, ni la felicidad se encuentra a la vuelta de la esquina. Pero es que eso es la vida. Nunca me hice ideas raras. Con todo, los momentos felices existen y son muchos; desde una mujer que pasa, al mar que vemos una tarde brava de enero, o ir a nadar a las termas del molino, al lado de Miño, cuando el sol se pone en medio de un paisaje estremecedor.
– ¿Por qué optó por la política de una empresa familiar?
– Sucedió así.
– En los años 1980 acuño la famosísima frase «La arruga es bella». Ahora lanza una colección en Curvis dentro del MFShow, ¿La curva es bella?
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–«Cualquier línea es bella si me lleva a ti».
Propuestas de Adolfo Domínguez + para el desfile ‘Curvies’ de MFShow Madrid.
– En este sentido, ¿No cree que la belleza no tiene nada que ver con superar la talla 40 o los 40 años de edad?
– Yo a la mujer que más quise fue a la tía Anuncia, y era gordísima y maravillosa.
– ¿El lanzamiento de la línea de ropa Adolfo Domínguez + es más una cuestión de negocio o convicción personal?
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Ambas.
– Más de 600 tiendas en todo el mundo. ¿Le preocupa un exceso de voracidad internacional?
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Es difícil, pero es el reto de España. Transformarse en un pueblo de mercaderes, como los holandeses, que están por todo el mundo. Hay que hacerlo, ¡todos!, aunque cueste a corto plazo.
– Fue el primer diseñador español en lanzar una colección de perfumes con su propio nombre. ¿El negocio lo dan las fragancias y el glamour lo pone la ropa?
– El negocio lo tienen que dar ambos. Uno tiene que encontrar la manera, aunque haya baches, de hacer su actividad rentable.
En Adolfo Domínguez la línea de caballero tiene un gran peso.
– También ha sido pionero en sacar a bolsa una casa de moda en España. ¿Qué otras sorpresas empresariales o de negocio tiene preparadas?
-Hacer mejor lo que hacemos, y en ello estamos. A eso ayuda la crisis.
– ¿Cree que se está apoyando suficientemente al emprendedor en nuestro país?
– Kennedy dijo: «no te preguntes lo que tu país puede hacer por ti. Pregúntate lo que tú puedes hacer por tu país».
– Sorprende en su biografía leer que estudió Filosofía y Letras. ¿Por qué dio ese salto del taller a ‘el amor a la sabiduría’?
– Se tiende a pensar que la moda es algo banal y no es así. Diseñar es sucumbir a la belleza y el ser humano persigue la belleza constantemente. Y con eso tampoco quiero decir que confunda a Snoopy con las Meninas.