Ellos empezaron a poner de moda el sin un pelo en el cuerpo, las cejas perfectamente depiladas. Después vino la barba de tres días, la barbita y ahora barbas tan largas como alfombras, que me imagino en un momento romántico y no me seduce en absoluto.
Ellas han sucumbido a la depilación por doquier. Máximo exponente, por citar un ejemplo, es el pubis brasileño. Pero ahora hay que afeitarse… la barba. Y es que según los iconos orientales, la piel ha de estar cuidada, ser bonita y bella, y sobre todo, estilo etéreo y volátil. De ahí que se afeiten cuidadosamente sus vellos faciales de barba y bigote con el fin de tener aun el rostro mas inmaculado.
Locura, ser cool, realidad, extravagancia… Lo cierto es que para los dermatólogos -los profesionales de la piel- esta nueva tendencia no es ni mucho menos un acierto, ni estético ni sano. Porque la piel del rostro se somete a una tortura diaria, en un momento, donde además, la alimentación, las condiciones climáticas y muchos otros factores afectan sensiblemente al órgano mas grande de nuestro cuerpo: la piel. Aunque también hay profesionales que afirman que este afeitado ayuda al envejecimiento.
Los dermatólogos señalan que esta tendencia no es ni un acierto estético ni sano.
Para los profesionales en belleza, como nuestra experta en beauty, Carmina Barrajón, los hombres deben cuidarse la piel tanto o más que las mujeres pues someten su piel a la agresión diaria del rasurado. Sin embargo, esta noticia del afeitado facial para las mujeres hay que verla con cautela, porque dependerá mucho en manos de quién caiga, porque puede ser algo completamente peligroso. Se habla en esta técnica de que la espuma suaviza, pero ¿desde cuando un jabón suaviza? Es un producto astringente. Además, para retirar celular muertas ya tenemos las exfoliantes.
Por mi trabajo en Sisheido, sigue explicando Barrajón, conozco y valoro los tratamientos japoneses. Aunque este lo desconocía, solo puedo decir una cosa: la metodología y los rituales de belleza de las mujeres japonesas no están a la orden del día en las mujeres occidentales. Son constantes, minuciosas y siguen sus rituales paso a paso. Son verdaderas gehisas en el protocolo de la belleza. Con todo, y aunque no tengo la suficiente información del tratamiento para poder afirmar tajantemente sobre el tratamiento, concluye Barrajón, pero a priori no me seduce en absoluto.