España es el cuarto país del mundo en penetradión de smartphones
Probablemente no nos acordamos. Pero, hace algo más de diez años, el uso del teléfono móvil era algo reservado para los más pudientes, grandes organismos gubernamentales, y para el usuario corriente y moliente era una Quimera: un sueño no al alcance ni del bolsillo ni de su compra.
Hoy, no hay quien no consulte el móvil varias decenas de veces al día, mande centenares de whatapp en una jornada, lo utilice como GPS, consulte el correo electrónico, haga un sin fin de reservas en viajes, restaurantes, ocio, comparta sus fotos con esos maravillosos filtros que proporciona Instagram, pague el aparcamiento, edite vídeos, aprenda cocina… Por no hablar de las miles de novedades que se han presentado estos días durante el Mobile World Congress, celebrado en Barcelona, y que ha tenido por lema The Edge of Innovation.
Mobile World Congress 2015: The Edge of Innovation.
El cambio ha sido brutal. El móvil se ha convertido en una especie de segunda piel, o primera, sin la cual no podemos vivir. Nos sentimos perdidos y desorientados si no lo llevamos con nosotros o se nos ha acabado la batería. ¿Quién no ha tenido la sensación de yonki buscando un enchufe al entrar en un local en vez de pedir el menú del día? ¿Cuántas veces antes de dar los buenos días en cualquier establecimiento preguntamos si hay wi-fi?
Y los datos son demoledores. El último informe de Deloitte, Consumo Móvil en España 2014 Revolución y evolución, revela que en España, casi veinte millones de propietarios de smatphones miran el móvil más de cincuenta veces al día. Y que nuestro país, con el 85%, es el cuarto del mundo en penetración de smartphones, por detrás de Singapur (89%), Corea del Sur (88%) y Noruega (87%).
En España más de 20 millones de usuarios miran el móvil más de 50 veces al día.
Todo esto no sería preocupante si el mal uso del móvil no empezaran provocar, entre sus usuarios, problemas físicos o psicológicos como ansiedad, palpitaciones o sudores cuando olvidan el móvil en casa.
Tampoco sería inquietante si el fenómeno bautizado como phubbing -relegar a quien nos acompaña y prestar más atención a nuestro smartphone- estuviera en vías de extinción.
Mucho menos preocupante si la nomofobia -abreviatura de la expresión inglesa no-mobile-phone phobia, pánico a no llevar el teléfono encima- fuera algo en estado agonizante.
Y nada alarmante si el fenómeno del together alone -una pareja en la que cada uno de ellos se encuentra totalmente aislado y abducido por su teléfono- no fuera visto en miles de restaurantes del mundo.
En todo esto, no deja de ser paradójico, que recientemente un grupo de emprendedores barceloneses lanzase el año pasado la primera aplicación para teléfonos móviles que ayuda a desengancharse del móvil: FaceUp.
No hay dudas de que el móvil es un invento jamás soñado, con capacidades inimaginables aún sin explotar por parte de usuarios y empresas. Forma parte de nuestro yo, pero parte, no su todo.
Ya hay hasta Aplicaciones para desengancharse del uso del móvil.
Trucos para mantener tu móvil a raya
- Cambios en tu relación con el móvil: Un día empezarás a utilizarlo solo en determinados momentos del día. Lo podrás apagar cuando no lo necesites, salir sin él… Y todo de forma progresiva, para que no produzca un choque y pueda producir ansiedad y nerviosismo.
- Cambios en lo que piensas que el móvil te puede dar: El móvil debe ser una herramienta que te ayude y no un aparato que controle tu vida.
- Comprende el motivo que te ha llevado a un uso excesivo: A través de tu conversaciones con un profesional, recibirás ayuda para comprender cuál es la raíz del problema y darle solución.